Grandes empresas lideran el 70% de los despidos en el sector registrado
La recesión económica tiene un impacto desigual en el mercado laboral, afectando principalmente a las pymes en términos de cierres de empresas.
Durante los primeros seis meses de la administración de Javier Milei, la recesión económica provocó el cierre de casi 10.000 empresas, plantas de producción, negocios y emprendimientos. La mayoría de estos cierres afectó a empresas con menos de 500 trabajadores, en su mayoría pequeñas y medianas empresas (pymes).
Durante los primeros seis meses de la administración de Javier Milei, la recesión económica provocó el cierre de casi 10.000 empresas, plantas de producción, negocios y emprendimientos. La mayoría de estos cierres afectó a empresas con menos de 500 trabajadores, en su mayoría pequeñas y medianas empresas (pymes).
Este fenómeno ya había sido advertido por cámaras empresariales, que señalaron que las pymes evitan la reducción de personal debido a que “implica una desinversión que es muy difícil de revertir en caso de que la situación mejore”.
Según la información publicada por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT) relacionada con la Seguridad Social, CEPA calculó que el número de empleadores se redujo en 9.972 casos entre noviembre de 2023 y mayo de 2024.
El documento detalla que los principales afectados en estos primeros seis meses de la gestión de Javier Milei fueron las empresas con hasta 500 trabajadores, que representaron el 99,5% del total de los casos (9.927 empresas menos). En contraste, las empresas con más de 500 trabajadores explicaron solo el 0,5% de la reducción de empleadores, con 45 casos.
El desglose de los datos
El análisis de estos datos reveló que la expulsión de trabajadores se concentró en las empresas de mayor tamaño. El 70% de la pérdida de empleo registrado se produjo en empresas con más de 500 trabajadores.
En comparación, durante el mismo periodo, las empresas con menos de 500 trabajadores contribuyeron al 30% de la pérdida de empleos, reduciendo su personal en 78.951 puestos.
En total, se registró una pérdida de 265.308 puestos de trabajo, cifra significativamente mayor a la estimada por el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), que reportó una disminución de poco más de 175.700 puestos de trabajo, incluyendo asalariados registrados y trabajadoras domésticas.
Desde la perspectiva de las pymes, se explicó que la reducción de personal limita su capacidad para reaccionar ante un posible aumento de la demanda. Además, despedir empleados resulta muy costoso para estas empresas, ya que muchos de ellos han recibido capacitación financiada por las propias pymes.
La reducción de personal no solo implica una pérdida de inversión que es difícil de recuperar, sino que también disminuye la disponibilidad de estrategias para enfrentar la situación actual. Menos personal significa menos “cabezas pensantes” y menos recursos para diversificar la producción, lo que limita la capacidad de las pymes para abarcar nuevos tipos de demanda.
Fuente: Ámbito Financiero