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Gustavo Vaccarella sostiene su inocencia en el caso Ramasco

El conductor de TV señaló a Nuevo Diario que “por la saña despiadada con la que se manejaron en redes sociales y medios que parcializaron la noticia, siento que la familia Ramasco no quiere justicia, quiere que yo sea el culpable y eso es imposible porque soy inocente, lo digo yo y lo dice la justicia”.

También dio a conocer un comunicado junto a su defensa, donde hizo referencia al principio de presunción de inocencia: “‘Toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario’, piedra angular del derecho penal y garantía esencial de cualquier Estado de derecho, que ha sido flagrantemente ignorado en este caso. Olvidamos que el derecho no se rige por el clamor popular ni por narrativas emocionales, sino por la razón y la prueba. En este caso, es un juicio justo, basado en hechos objetivos y no en prejuicios o presunciones infundadas”.

De esta manera, el conductor de TV Gustavo Vaccarella sostiene que es inocente en la causa que investiga la fiscalía por la muerte de Lautaro Ramasco.

“Es imperativo aclarar lo esencial: el día en que ocurrieron los hechos que hoy se investigan, mi cliente -señala su abogada Andrea López– se encontraba en su domicilio trabajando. Esta afirmación no es retórica, vacía, sino una verdad sustentada en pruebas fehacientes: testimonios y registros verificables, que han sido expuestos en el único ámbito que corresponde, el tribunal de justicia, y no en el tribunal de las redes sociales”.

La Fiscalía, órgano especializado en la investigación de delitos graves a cargo del Doctor Leandro Flores, ha llevado adelante esa investigación “desde donde surge una conclusión ineludible: no existe evidencia alguna que vincule a nuestro cliente con la autoría intelectual o material del delito que se le pretende atribuir. Las inspecciones a sus dispositivos electrónicos no han arrojado prueba incriminatoria alguna. Los registros revisados no contienen amenaza alguna del señor Vaccarella al señor Ramasco, sino un intercambio verbal agraviante y descalificante entre las partes, todo esto sacado de contexto para construir una narrativa falaz”, señala el comunicado.

Así, sostiene que el derecho penal no es un teatro de sombras, donde la verdad se distorsiona a conveniencia. La fortaleza del agravio ajeno es, en realidad, la debilidad de su argumento. Y un argumento débil, sostenido en conjeturas y no en hechos, es jurídicamente inadmisible. No se condena con sospechas, se condena con pruebas.

“Ahora bien, hemos oído voces que cuestionan la imparcialidad del proceso, argumentando que la justicia no ha sido equitativa. Recordemos que nuestro código procesal prevé la intervención de las partes, y con la reciente reforma del Código Penal, las víctimas han contado desde el primer momento con asistencia letrada y participación plena en la causa. Confundir descontento con falta de garantías es una distorsión peligrosa”, señala el comunicado.

“Tener un pasado no convierte a nadie en culpable de un crimen futuro. Vincular hechos sin una base probatoria sólida no es solo irresponsable, sino una afrenta a la racionalidad misma del derecho”, remarca el texto con la firma de la defensa de Vaccarella que ejerce López y Ruiz.

“A la opinión pública le decimos esto: si hoy permitimos que el juicio se rija por la emoción y no por la razón, mañana cualquiera podrá ser víctima de una condena mediática sin defensa ni garantías. La justicia no es un espectáculo ni una revancha moral. La justicia es el arte de discernir con prudencia, con equidad y con pruebas.

Finalmente, queremos expresar nuestro respeto y solidaridad con la familia de la víctima. La búsqueda de justicia es legítima y necesaria, pero sólo puede alcanzarse con la verdad, y la verdad no se descubre en el ruido de las redes, sino en la serenidad del proceso judicial.

Confiamos en que la justicia actuó y seguirá actuando conforme a derecho, y hoy las pruebas están a nuestro favor. Gustavo Vaccarella es inocente, que es esta la razón que vencerá a la pasión y que la verdad se impondrá sobre la especulación. La justicia, cuando se aplica correctamente, no falla”, finaliza.

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