Judiciales

Iba varias veces ebrio a su casa para reanudar la relación con su expareja

Un hombre de 47 años resultó condenado en juicio abreviado a la pena de seis meses de prisión en suspenso por el delito de amenazas. El procedimiento se llevó a cabo en la Sala V, presidio por la jueza Gabriela Romero Nayar.

El sujeto fue denunciado por su expareja. La mujer manifestó que se encontraba separada del acusado desde hacía tres años cuando él comenzó a ir a su casa en estado de ebriedad exigiendo que lo dejara entrar.

Ante su negativa, la insultó y le advirtió que si no obedecía le iba a romper la puerta e "iba a ser peor".

A continuación, comenzó a romper unos bloques que había en la galería y entonces ella decidió llamar al Sistema de Emergencia 911.

Durante el procedimiento abreviado, el acusado aceptó los términos del acuerdo y la pena solicitada por el Ministerio Público Fiscal.

La jueza enumeró las reglas de conducta que deberá cumplir durante dos años el condenado para mantener la modalidad de prisión en suspenso: fijar residencia y mantenerla actualizada; abstenerse de usar estupefacientes y de abusar de bebidas alcohólicas; prohibición de ejercer actos de violencia física o psíquica en contra de la denunciante; abstenerse de acercarse a menos de 300 metros de la damnificada, de su domicilio y de los lugares adonde ella concurra; realizar tratamiento psicológico para el control de sus adicciones, previo diagnóstico de un profesional, entre otras obligaciones.

En el mismo fallo, el sujeto fue sobreseído por prescripción de los delitos de desobediencia judicial (dos hechos) en concurso real.

Padrastro abusador

En un juicio abreviado llevado a cabo en la Sala II, A. R. Z. (52) resultó condenado a la pena de tres años de prisión condicional por resultar autor del delito de abuso sexual simple agravado por la guarda y la convivencia con una menor de dieciocho años.

El imputado fue denunciado por su expareja, madre de la víctima. La mujer refirió que mantuvo una relación de dos años y medio con A. R. Z. y que tienen una hija en común. Señaló que, además, ella tiene otros dos hijos de una relación anterior, una nena de 11 años y un varón de 7.

Contó que un día, durante la jornada escolar, su hija comenzó a llorar y le dijo a su maestra que “se había acordado de algo” y le contó que el papá de su hermanita le había tocado sus partes íntimas. Luego, la menor le confirmó a su madre lo relatado en la escuela.

 

 

 

 

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