Interés generalSalta

Iniciaron las celebraciones en honor al Cristo de Sumalao

Con la primera de las misas de los siete viernes, dieron inicio anteayer las celebraciones en honor al Cristo de Sumalao que culminarán en la Fiesta Chica.

Como todos los años, para estas misas SAETA dispondrá de servicios que trasladarán a los fieles desde el Complejo Teleférico hasta la escuela de Sumalao. En todos los casos el precio del pasaje será de $890.

Las misas se celebrarán a las 9, 11 y 17 horas con coches que partirán desde el Teleférico a las 7.30, 9.30, 9.45, 15.30, 15.45 y 17.30 horas. El regreso a la ciudad de Salta desde Sumalao está previsto para las 10.30, 12.30, 12.40 18.30 18.40 y 20.30.

El resto de los viernes, el 2, 9, 16, 23 y 30 de mayo y 6 de junio las misas se oficiarán a las 9, 11 y 17 horas.

La advocación del Señor de Sumalao que se festeja el séptimo domingo de Pascua, es venerada en la localidad de La Merced, departamento Cerrillos.

El Cristo moreno es una pintura cuzqueña al óleo de principios del siglo XVII que estaba destinada a la provincia de San Juan, la que, mientras era trasladaba, por la actitud de la mula que la llevaba y el regreso reiterado del animal al mismo lugar, la dejaron finalmente en Sumalao. Esta circunstancia se tomó como un indicio de la voluntad divina de quedarse allí.

Sumalao es un paraje escondido, casi arrinconado junto al ángulo sudoriental del Valle de Lerma, cercano a la turbulenta confluencia del tranquilo río Arias con el impetuoso río Rosario.

Las historias conocidas sobre la festividad

Una de las historias que intentan explicar el evento cuenta que, a comienzos del siglo XVII, Don Gabriel de Torres y Gaete, volviendo del Perú, traía entre sus equipajes una copia del Señor de Vilque para su hacienda de El Pucará. Cuando atravesaba el paraje denominado “Sumalao”, la mula que traía el bulto se desprendió de la tropa y fue encontrada en el mismo lugar anterior. Los arrieros azotaron la mula para que siguiera, pero fueron en vano sus esfuerzos. Ante la situación, y como ferviente creyente, Gabriel de Torres interpretó que la imagen quería quedarse en aquel lugar. Se ordenó entonces que se descargara el cuadro y se lo dejara bajo un algarrobo al cuidado y culto de los lugareños.

Otra historia cuenta que, a mediados del siglo XVIII, el rey de España Carlos III, durante la colonización envió hacia América tres óleos de Cristo. Uno quedó en Cuzco -Perú- donde se lo venera con el nombre de Señor de los Temblores. El segundo está en Tacna -Perú-, y el tercero era para la provincia de San Juan -Argentina-. Cuando el Cristo “sanjuanino” salió del Cuzco, la caravana tuvo dificultades en Puno. Como no pudieron continuar, los viajantes dejaron el cuadro en la Parroquia de Vilque. Para cumplir con el mandato del rey, un anónimo artista cuzqueño hizo una réplica exacta del Cristo y el cuadro fue enviado hacia el sur a lomo de mula.

Volver al botón superior