Juzgan a conductor que causó una muerte e incrustó su vehículo en una vivienda
En la Sala VI del Tribunal de juicio comenzó ayer la audiencia de debate seguida contra Jorge Durand Condorí, (51) imputado por homicidio culposo por la conducción imprudente de un vehículo automotor calificado por culpa temeraria y por conducir con un nivel de alcoholemia superior a un gramo por litro de sangre en perjuicio de Karina Natalia Flores (24) y por lesiones graves culposas en perjuicio de M. J. E. (14), todo en concurso ideal.
El juicio unipersonal es presidido por el juez José Luis Riera. Por el Ministerio Público interviene el fiscal Leandro Flores. El acusado está representado por la defensora oficial Sandra Ortiz.
Tras la lectura de la requisitoria fiscal de elevación a juicio, el acusado se abstuvo de declarar. Seguidamente se inició la recepción de las pruebas testimoniales. Comparecieron la madre de la víctima y un policía que intervino como sumariante la noche del siniestro.
Durand Condorí está siendo juzgado por un hecho ocurrido el 30 de agosto de 2020, alrededor de las 21.50, en el asentamiento Virgen de Urkupiña de la ciudad de Salta.
Esa noche, el imputado conducía una camioneta Toyota Hilux por una avenida cuando perdió el dominio del vehículo,
atravesó la rotonda, bajó nuevamente a la calzada y subió al cordón de la vereda, atropellando a Karina Flores y derribando parte del inmueble donde funcionaba un almacén. También sufrió lesiones un adolescente (M. J. E.) que se encontraba dentro de la morada. Ambas víctimas fueron trasladadas al hospital. Flores falleció por shock hipovolémico por politraumatismo grave.
Se pudo determinar que el acusado conducía a 60 kilómetros por hora, velocidad superior a la máxima permitida en ese sector. Además, el examen toxicológico que se le practicó arrojó que conducía con una gradación alcohólica de 1.17 gramos por litro de sangre.
La madre de la víctima fatal contó que la noche del hecho estaba reunida con familiares en la casa de otra de sus hijas y Karina salió con su pareja a comprar pan. Poco después tocaron la puerta: era un vecino que llegó para avisarles que la joven había sido atropellada.