Judiciales

Juzgan a dos jefes policiales por secuestro y asesinato de un comerciante

El Tribunal Oral Federal N°1 de Salta, integrado por Marta Liliana Snopek, Mario Marcelo Juárez Almaraz (presidente) y Federico Díaz, dio inicio al juicio seguido a los ex policías Andrés del Valle Soraire y Mario Víctor Palermo por delitos de lesa humanidad en perjuicio de Fidel Yazlle.

Según la acusación del titular del Área de Derechos Humanos de la Unidad Fiscal Salta, el fiscal general Carlos Amad -autor de la pieza acusatoria que define los hechos que serán abordados en el juicio y representante del MPF en este debate- Palermo se despeñó como subjefe y jefe de la Unidad Regional del Norte, mientras que Soraire lo fue de la Sección "Guardia del Monte", unidades que pertenecían a la Policía de Salta y cumplían tareas represivas ilegales durante la última dictadura militar.

Ambos fueron acusados y llegaron a juicio en calidad de coautores mediatos de los delitos de privación ilegal de la libertad cometida por un funcionario público, con abuso funcional y falta de las formalidades, agravada por haberse cometido con violencia y amenazas, en concurso real con homicidio agravado por alevosía y por haber sido cometido con el concurso premeditado de dos o más personas.

Al referirse al hecho, el fiscal general estableció que Yazlle fue secuestrado el 11 de febrero de 1977 en Coronel Juan Solá, también conocida como "Estación Morillo", del departamento Rivadavia Banda Norte. Describió que, cerca de las 20.30, un grupo de personas armadas que se movilizaban en una camioneta, entre quienes se encontraba Fortunato Saravia (fallecido), integrante de la denominada "Guardia del Monte" comandada por Soraire, abordaron a Yazlle para que les indique dónde quedaba Morillo. Al aproximarse a la cabina del vehículo para responderles, Yazlle fue inducido a subir a la camioneta, la que inmediatamente emprendió la marcha a gran velocidad con dirección a la cercana localidad de Pluma de Pato.

En el trayecto, Yazlle fue ejecutado mediante disparos de arma de fuego y posteriormente arrojado a las vías del tren, a 2 kilómetros antes de llegar a la estación de Pluma de Pato, donde al día siguiente, 12 de febrero, se hallaron los restos diseccionados del comerciante, con signos de haber sido arrollados por el tren.

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