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Kim Jong-un renuncia al ideal de reunificación con Corea del Sur

Kim Jong-un rompe con la prioridad histórica de su padre y abuelo. La reunificación con Corea del Sur dejó de ser un objetivo y ahora es el “enemigo principal”.

Kim Jong-un ha dado el mayor giro ideológico en los 77 años de historia de Corea del Norte. El líder anunció en 2024 que la reunificación con Corea del Sur dejó de ser un objetivo. Además, declaró al Sur como “enemigo principal” del país, junto a Estados Unidos.

Kim ordenó desmantelar los organismos de diálogo intercoreano, destruir carreteras y vías ferroviarias de conexión y demoler el simbólico Arco de la Reunificación. Incluso eliminó el término “reunificación” de los libros de texto, estaciones de metro y medios oficiales.

La historia de la división

Corea del Norte y Corea del Sur están divididas desde 1945, tras la Segunda Guerra Mundial. Aunque parecen casi ocho décadas, es poco tiempo comparado con los 12 siglos en los que la península permaneció unida.

Kim Il-sung, abuelo de Kim Jong-un, intentó reunificar el país por la fuerza en 1950. La Guerra de Corea (1950-1953) dejó millones de muertos y el conflicto congelado. Desde entonces, Norte y Sur convivieron con sistemas políticos opuestos, pero compartiendo el ideal de reunificación.

El Sur propone un modelo similar al de Alemania: absorber al Norte bajo un sistema democrático. Pyongyang, en cambio, aspiraba a imponer el socialismo o un sistema confederal, como en China y Hong Kong.

Kim Jong-un justificó su decisión por las “provocaciones” de Corea del Sur y Estados Unidos. Sin embargo, expertos aseguran que el cambio responde a otras razones.

“El régimen teme la influencia de la cultura surcoreana en el Norte”, explica Ellen Kim, del Centro de Estudios Estratégicos en Washington. “El K-pop, las series y las películas desafían el control ideológico de Kim”, añadió.

Para Cristopher Green, del think tank International Crisis Group, esta medida busca frenar la creciente admiración del pueblo norcoreano por la prosperidad del Sur. Kim intenta consolidar su poder y desviar la atención de la crisis económica que atraviesa el país.

¿Estrategia o ruptura definitiva?

Algunos analistas creen que Kim no ha renunciado realmente a sus ambiciones. “Podemos especificar en nuestra Constitución la ocupación de Corea del Sur en caso de guerra”, declaró Kim en enero.

Sung-Yoon Lee, experto del Wilson Center, sostiene que esto es parte de una “guerra psicológica”. “Kim utiliza la tensión para desestabilizar políticamente al Sur”, afirma.

Un momento clave

Pyongyang ha reforzado su alianza con Rusia, enviando armas para el conflicto en Ucrania. Además, el líder norcoreano aprovecha la incertidumbre sobre el futuro gobierno de Estados Unidos tras las elecciones de 2024.

Mientras tanto, Corea del Norte sigue avanzando en su tecnología nuclear y militar. Con misiles más sofisticados, Kim busca consolidar su posición y proyectar su influencia más allá de la península.

En este escenario, la ruptura con el ideal de la reunificación parece ser tanto un mensaje interno como externo. Para Kim Jong-un, el Sur ya no es un hermano dividido, sino un enemigo a vencer.

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