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La banda narco desbaratada intentó huir de los controles

El procedimiento se realizó a las 7.20 horas del miércoles, cuando Joaquín Tolaba, quien iba al mando de una camioneta Toyota Hilux y llevaba como acompañantes a Martina Oliva y Angelica Cuenca, fue detenido en el ex peaje Aunor, circunstancias en la que el auto Citröen C3 que venía 500 metros atrás, y en el que viajaba Romero, advierte el control sobre la camioneta e inmediatamente, hacen un giro en “U” y emprenden la fuga en dirección de la localidad de General Güemes.

Esto llevó a realizar un operativo cerrojo y una persecución a alta velocidad. Las detenciones ocurrieron en el marco de un operativo cerrojo llevado a cabo por la PSA, que logró interceptar un convoy en el que la organización trasladaba un cargamento de 15 kilos de marihuana.

El procedimiento se realizó cuando Tolaba, al mando de una camioneta Toyota Hilux y acompañado por Oliva, la bebé de ésta y Cuenca, fueron detenidos.

El auto Citröen C3, que circulaba 500 metros detrás y era conducido por Romero, al advertir el control, realizó un giro en “U” y emprendió una fuga a alta velocidad en dirección a Güemes.

De inmediato, personal de la PSA inició una persecución que alcanzó velocidades superiores a los 180 km/h, generando un alto riesgo para los ocupantes del vehículo y terceros.

Lejos de desistir, y pese a que algunas piezas del automóvil comenzaron a desprenderse, el rodado tomó la ruta N°112, con rumbo a Jujuy, siendo seguido por personal de la fuerza, la que pudo advertir que, en el camino, los ocupantes arrojaban a un costado los paquetes de droga por la ventanilla.

La persecución se extendió hasta inmediaciones de la finca “San Juan de Dios”, cerca del cruce de las rutas 23 y 41, donde el auto quedó varado entre la maleza.

Romero intentó huir a pie, pero fue detenido a unos 100 metros del vehículo gracias al testimonio de un trabajador de la zona, quien lo identificó como el conductor del Citröen.

Demoras

En la investigación se destacaba que los vehículos que eran seguidos tenían una notoria particularidad: se extendía por más de 6 o 7 horas,  su llegada a Salta mientras que el retorno duraba dos horas.

La demora se debía a que tomaban rutas alternativas, en especial a la altura de la localidad jujeña de Chalicán, donde hay un control fijo de Gendarmería Nacional, el que era rodeado por varias rutas hasta desembocar en General Güemes.

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