La decisión de Francisco de elegir la Basílica de Santa María como su última morada

La decisión de elegir la Basílica de Santa María la Mayor tiene raíces profundas. A lo largo de su pontificado, Francisco visitó este templo antes de partir y al regresar de cada viaje apostólico, rezando ante la imagen de la Virgen María, venerada como “Salus Populi Romani” (Protectora del Pueblo Romano).
En su testamento, fechado el 29 de junio de 2022 y revelado tras su muerte, dejó constancia de esta íntima conexión: “Deseo que mi último viaje terrenal termine precisamente en este antiguo santuario mariano, donde siempre me detengo a rezar al inicio y al final de cada viaje apostólico”.
El documento también describe cómo, durante su papado, acudía allí “en oración al inicio y al final de cada Viaje Apostólico, para encomendar confiadamente mis intenciones a la Madre Inmaculada y agradecerle sus dóciles y maternales cuidados”.
Respecto al lugar concreto de su tumba, Francisco eligió un pequeño recinto detrás de la escultura de la Reina de la Paz, un espacio que previamente se destinaba al almacenamiento de candelabros.
El sepulcro se adecuó siguiendo su expreso deseo: construido directamente en la tierra, sin ornamentaciones especiales, y únicamente con la inscripción “Franciscus” en latín. Esta decisión refleja el mismo estilo de vida austero que marcó su pontificado, durante el cual optó por residir en la Casa Santa Marta en lugar del tradicional Palacio Apostólico.
El funeral del papa Francisco movilizó a todo el globo en una jornada histórica. El mundo despidió a Jorge Bergoglio, el primer Papa latinoamericano, en una ceremonia que combinó sensibilidad, orgullo, respeto y solemnidad ante su legado humanitario.
Según estimaciones, más de 400.000 personas se hicieron presentes en el Vaticano y alrededores para despedir al Sumo Pontífice argentino. En detalle, fieles de más de 160 países acompañaron y despidieron a Bergoglio, entre los que se destacó la presencia de altos jefes de Estado como Donald Trump, Emmanuel Macron y Georgia Meloni. Sin embargo, quienes recibieron el cuerpo del Papa Francisco en la basílica Santa María la Mayor fueron los “últimos”: grupos de la comunidad trans, pobres y presos.
Las autoridades calcularon una presencia aproximada mínima de 150.000 personas en el último adiós a Francisco pero se considera que en el funeral, de forma general, el número asciende a 400.000.
Cartonero amigo
Sergio Sánchez, el cartonero argentino que había estado presente en la histórica asunción del papa Francisco en 2013, volvió a Roma con un objetivo muy especial: participar del funeral del pontífice como representante de los excluidos del mundo, tras recibir una invitación directa del Vaticano.
Desde la Plaza Pio XII, a pocos metros de la Basílica de San Pedro, Sánchez compartió su dolor con la prensa: “Estamos muy tristes, se nos fue un guía espiritual con quien siempre luchamos por tierra, techo y trabajo”. También aprovechó para enviar un mensaje contundente a los líderes del mundo: “Que no se olviden de los excluidos del mundo”. Al describir el momento en que se encontró frente al féretro, Sánchez relató con emoción: “Lo vi. Le prometí que nuestra lucha y la lucha de él no va a ser en vano, sino que va a seguir peleando por todo el trabajo que hizo, lo que nos enseñó y guió con su mensaje”.