La justicia no resuelve el pleito y los obliga a convivir con una usurpadora

A meses que se cumpla un año de la muerte de Abelardo Pérez Martínez (73), la justicia aún no resuelve la supuesta usurpación de una mujer que asegura que fue su concubina.

Los herederos señalan que la mujer alquilaba un lugar de la casa ubicada en una finca de 11 hectáreas de Vaqueros y que no tiene pruebas de la relación.

Según Natalia Sánchez, nuera de Abelardo Pérez Martínez quien heredó de su padre la finca, el conflicto surgió en mayo del 2.021 cuando regresaron a la vivienda, luego de la internación y muerte del suegro a causa de un cáncer terminal, y se encontraron con la mujer instalada en la casa.

Sánchez detalló que su suegro cedió en un alquiler informal un espacio de la casa para que la mujer guarde mercadería que vendía al menudeo y que usaba temporalmente. Sin embargo, no fue hasta la pandemia que la supuesta usurpadora decidió quedarse y comenzar a vender empanadas y bollos durante los fines de semana. "Ella sabía que al morir mi suegro tenía que irse porque queríamos acondicionar la casa porque es muy precaria", dijo.

"El 10 de mayo ella vuelve a la finca después de estar ausente unos 10 días con un certificado que decía que tenía COVID. Nosotros le pedimos que se vaya a su casa del barrio Balneario porque mi suegro estaba en estado crítico, había niños y yo había sido operada por la pérdida de un bebé. Nos dice que no se va porque no quería contagiar a sus nietos y se encerró en el baño de la casa", relató Sánchez.

Ante esta situación, el personal de salud del PAMI, que en esos momentos atendía al hombre, se retira dejándolo sin atención. La familia decide llevar a Pérez a la casa de un pariente enfermero para que lo canalicen y después lo internen. Días después fallece.

"Cuando los vecinos fueron al velorio nos contaban que en la casa había gente. Volvimos el 20 de mayo con las cenizas y nos dimos que habían ocupado la parte de adelante de la casa y que trabaron el ingreso.  Hablamos con la señora y nos dijo que no nos preocupemos que sabía que debía irse, que la gente que estaba con ella la ayudaba para que pueda trabajar más y pagar el flete. Pero después comenzaron las denuncias y la violencia", señaló.

Por último, Sánchez aseguró que cuenta con todas las pruebas para demostrar que no hubo relación entre su suegro y la mujer que se niega a abandonar la finca y que pese a ello la justicia no resuelve.