La obesidad, resultado de una combinación de factores que afectan la salud

La obesidad es una enfermedad compleja que afecta a millones de personas en todo el mundo. A pesar de ser una condición ampliamente reconocida, sigue existiendo una falta de comprensión sobre sus causas y su impacto en la salud.
Desde el año 2020, el 4 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Obesidad con el objetivo de visibilizar esta problemática, que ha alcanzado proporciones epidémicas en muchos países.
La obesidad no es simplemente el resultado de una alimentación inadecuada o la falta de actividad física, sino que es el resultado de una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos. Es importante comprender que, más allá de las cifras, la obesidad puede dar lugar a una serie de complicaciones graves como la diabetes, la hipertensión, problemas cardiovasculares, entre otros.
Factores que influyen en la obesidad
Si bien la adopción de un estilo de vida saludable puede ayudar a prevenir la obesidad, es necesario reconocer que existen factores fuera del control de cada individuo. La genética y los desequilibrios hormonales pueden predisponer a algunas personas a ganar peso con mayor facilidad.
Además, los hábitos alimenticios y el acceso limitado a opciones de alimentos saludables en algunos entornos sociales y económicos también juegan un papel crucial.
El ambiente en el que vivimos, la disponibilidad de alimentos procesados y el sedentarismo fomentado por la vida moderna son factores que, junto con las emociones y la salud mental, pueden afectar significativamente nuestros hábitos alimentarios y de ejercicio.
Hospital Oñativia
Existen múltiples recursos y programas disponibles en hospitales y centros de salud, que incluyen consultas médicas, programas de nutrición, asesoría psicológica y, en algunos casos, tratamientos quirúrgicos como la cirugía bariátrica. En la web del Oñativia se pueden consultar estas disponibilidades. Los hospitales y centros de salud comunitarios juegan un rol fundamental en ofrecer atención de calidad, educación sobre hábitos saludables y el acompañamiento necesario para aquellas personas que luchan contra la obesidad.
La obesidad es una enfermedad multifactorial que requiere un enfoque integral. Adoptar un estilo de vida saludable, basado en una dieta balanceada y ejercicio regular, es crucial para su prevención. Sin embargo, es fundamental reconocer que los factores genéticos, emocionales y ambientales también influyen en su desarrollo.
Al mismo tiempo, es importante erradicar el estigma asociado a la obesidad y brindar un apoyo adecuado.
Además de la física, también la emocional suma
Aunque no existe una solución única para prevenir la obesidad, algunos hábitos pueden marcar la diferencia en la salud a largo plazo. Mantener una dieta equilibrada: como frutas, verduras, proteínas magras y cereales integrales, es fundamental para una nutrición adecuada. Reducir el consumo de azúcares refinados y alimentos ultraprocesados. Realizar actividad física, a diario, ya sea caminatas, natación, ciclismo ayuda a mantener el peso corporal adecuado y mejora la salud general.
Hidratarse adecuadamente. Gestionar el estrés y las emociones a través de la meditación, o el apoyo emocional, es una herramienta para prevenir la obesidad.
Evitar el sedentarismo: Reducir el tiempo que pasamos sentados y hacer pausas activas durante el día favorece la salud cardiovascular y ayuda a controlar el peso.