La reforma de la Corte Suprema con un panorama complicado en Diputados
Tras la ajustada aprobación en el Senado, oficialismo y oposición sostienen que será muy difícil sancionar el proyecto en la Cámara baja. El bloque del Frente de Todos tendrá por delante el desafío de retomar el debate en un recinto que ha bloqueado sistemáticamente todo intento de reforma a la Justicia.
"Los votos acá no están": la frase, repetida tanto en el oficialismo como la oposición, fue la respuesta automática que se escuchó en la Cámara de Diputados luego de que el Senado le hubiera dado media sanción al proyecto de ampliación de la Corte Suprema de Justicia.
Aprobada con lo justo – y con un voto propio en contra – en la Cámara alta, el bloque del Frente de Todos tendrá por delante el desafío de retomar el debate en un recinto que ha bloqueado sistemáticamente todo intento de reforma a la Justicia.
Y deberá hacerlo, además, con un Juntos por el Cambio firmemente abroquelado en defensa de la Corte actual y una oposición "del medio" que ya dio señales de estar cerrando filas en torno al rechazo. El panorama es poco alentador y el FdT fluctúa entre el enojo, la resignación y la convicción de que igual hay que dar el debate.
El jueves a la noche el FdT logró, tras varios intentos fallidos, aprobar la ampliación de la Corte Suprema. No fue fácil ni prolijo: hubo que realizar modificaciones al proyecto original de los gobernadores – pasando de 25 a 15 el número de supremos – y, hasta último momento, persistió la duda de qué postura adoptaría una senadora oficialista que terminó votando en contra del proyecto.
Finalmente, con 36 votos a favor y 33 en contra, la reforma fue aprobada y giró a la Cámara de Diputados, en donde el oficialismo ya sospechaba que podría terminar sufriendo el mismo desenlace que todas las reformas judiciales que el Senado había aprobado previamente.
Así había pasado ya con la reforma del Consejo de la Magistratura (media sanción en abril de 2022) y la del Ministerio Público Fiscal (media sanción en noviembre de 2020): aprobadas en el Senado para ir a morir en Diputados. En el caso de la ampliación de la Corte, sin embargo, los números en el Senado habían sido más justos, volviendo el panorama en la Cámara baja mucho más desalentador.
Con 118 votos propios, el FdT necesita siempre de 11 diputades más para conseguir quórum. Proyecto a proyecto, el bloque oficialista que conduce Germán Martínez ha ido logrando conseguirlo gracias a acuerdos con algunos de los interbloques del medio – como Provincias Unidos (aliado habitual) y, a veces, el Interbloque Federal o la izquierda – o, en el caso de algunas iniciativas de consenso, con el acompañamiento de Juntos por el Cambio.
En el caso de las iniciativas judiciales, hacerse con esos 11 diputades ha sido prácticamente imposible. En el caso del proyecto de ampliación de la Corte se suma, además, que el FdT deberá arrancar con dos votos propios menos, ya que los diputados puntanos que responden al gobernador Alberto Rodríguez Saá no acompañarían el proyecto.
El voto negativo de María Eugenia Catalfamo – la única senadora oficialista que votó en contra de la reforma de la Corte – dio cuenta de cómo el gobernador de San Luis prefería enfrentarse a Cristina Fernández de Kirchner – impulsora de la iniciativa – antes que acompañar un proyecto que había sido fruto del acuerdo con su hermano, el senador Adolfo Rodríguez Saá (que fue uno de los que negoció las modificaciones en el proyecto a cambio de su acompañamiento).
Si bien los dos misioneros y los dos rionegrinos que integran Provincias Unidas acompañarían el proyecto, les ocho diputades del interbloque Federal ya anticiparon que no lo harán. "Pierden tiempo porque a la reforma de la Corte no la vamos a tratar en Diputados. Si el oficialismo se enfrasca en esta fantasía inconducente, le quita tiempo y rigurosidad al tratamiento del Presupuesto", aseguró a este medio el "Topo" Rodríguez, presidente del interbloque.
La misma postura habían adoptado ya el día anterior, incluso antes de que el Senado terminara de aprobar el proyecto, los cordobeses que responden a Juan Schiaretti y les socialistas santafecinos. La izquierda y los libertarios, mientras tanto, también se oponen al proyecto, por lo que prácticamente ya no hay lugares a donde el FdT pueda ir a pescar votos.
JxC, a su vez, ya comenzó con una campaña de advertencias hacia cualquier sector de la oposición que atisbe acompañar el proyecto del oficialismo: "Ninguna reforma institucional propuesta por el kirchnerismo puede pasar Diputados. Esperamos que toda la oposición que no pertenece a JxC también se comprometa", advirtió Juan Manuel López (CC) a través de sus redes sociales, en sintonía con lo que fueron declarando los otros presidentes de bloque de JxC desde que el proyecto tuvo media sanción.
"No fue una buena jugada", suspiran algunas voces de la bancada oficialista, que mastican bronca frente a la decisión del Senado de avanzar a las apuradas con el tema. Otros diputados, sin embargo, insisten en que es importante "dar el debate".
"No está mal que el Senado lo haya impulsado, no deberíamos tener que paralizar nuestras iniciativas en base a si tenemos o no el número. En todo caso hay que llevarlo al recinto, que nos digan que no y que ellos se hagan cargo del rechazo", analizó un diputado del FdT que integra las dos comisiones que deberán tratar el proyecto una vez que inicie el trámite parlamentario: Asuntos Constitucionales y Justicia.
Otros, incluso, ensayan un moderado optimismo: "Si el proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura o del Ministerio Público Fiscal tenían 5 por ciento de chances de avanzar, lo de la Corte tiene un 15 por ciento. Soy un optimista dentro de un pesimismo general", precisó un diputado kirchnerista.
Página 12