Política

Las malas decisiones de Romero lo llevan a realizar malas elecciones

Todos saben que el apellido Romero es de un enorme peso político en Salta y el fundador del romerismo, Juan Carlos Romero, parecería ser que se encuentra en una incipiente pendiente hacia su debacle.

Es así, que en sus largos 37 años de actividad política donde ejerció el poder solamente en dos cargos -gobernador 12 años y senador nacional el resto-, lo llevaron a realizar acuerdos con diversos sectores al simple fin de construir poder que hoy está en peligro.

También es conocido por todos que no tuvo, ni tiene un heredero a ese poder que construyó dado que su hija Bettina Inés Romero tuvo la valentía o la obligación de secundar a su padre en el arte de la política. El resultado está a la vista: con un inicio como diputada provincial durante el período 2.017 – 2.019 pasó a gobernar los destinos del municipio más importante de Salta, con un final cuestionado desde todo punto de vista con una retirada que pronostica el final de una carrera política que no da para más.

Por su parte, el senador nacional, actualmente miembro del ala peronista de Juntos por el Cambio también tiene varios desaciertos que hoy le pasan factura y que aventuran el final de una dinastía.

Para algunos entendedores del juego de la política el derrotero para construir poder llevaron al empresario que fue senador nacional desde 1.987 – 1.995 en una primera etapa y gobernador de la provincia desde 1.995 – 2.007 (tres períodos) para volver a ser senador nacional desde diciembre de 2.007 a la fecha, a analizar futuros y próximos acuerdos para mantener vivo ese poder que cada día se debilita más. En ese interín su figura o su poder político "jugó" para diversos sectores y su punto cúlmine fue cuando llegó a ser compañero de fórmula presidencial con Carlos Menem, en las elecciones de 2.003.

La realidad lo encuentra construyendo -para 2.025- una posible revalidación de su senaduría, no por su dedicación a solucionar problemas de los salteños sino en la simple razón de ampararse en los fueros que brinda el cargo que ostenta. Algunos dicen que las causas judiciales lo empiezan a preocupar porque a pesar de ser poderoso su ciclo parece empezar a llegar a su fin.

En esa construcción, quizás por la edad -cumple 73 el 16 de noviembre- su visión lo lleva a "aliarse" con sectores que a la vista de los últimos resultados electorales no fueron los que quería. Su alianza con Mauricio Macri, posteriormente con Horacio Rodríguez Larreta y ahora con Javier Milei lo encuentran en la situación de tener que reconocer que se equivocó, y con ello la incertidumbre de no saber qué es lo que sucederá con su destino político teniendo en cuenta que su hijo Juan Esteban, no luce como el heredero que pretendía. Hay que reconocer que Bettina puso empeño para satisfacer a su padre pero también el querer demostrar su impronta la llevaron a desproteger a su padre.

La visita del libertario dejó al descubierto el apoyo que le brindó el senador al aspirante a la presidencia, siempre a través de su hija Bettina, tal como lo hizo con Rodríquez Larreta.

Para las elecciones de 2.025 falta mucho, pero seguramente se escribirán más capítulos en esta novela de "cómo perpetuarse en el poder".

 

 

 

 

 

 

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