Las peregrinaciones ya se fusionan en paisajes de puna y valles

Una vez más, la fe mueve montañas. Como cada año, miles de peregrinos provenientes de distintas provincias argentinas y de países vecinos están llegando a la ciudad para participar de la festividad del Señor y la Virgen del Milagro, una de las expresiones de fe más importantes del norte argentino.
Desde días atrás, se pueden ver columnas de fieles caminando por rutas y caminos rurales, soportando el frío, el cansancio y largas distancias, motivados por la devoción y las promesas cumplidas. Algunos parten semanas antes desde localidades lejanas como La Quiaca, Catamarca, Santiago del Estero, Jujuy e incluso desde Bolivia, Chile y Perú.
“Venimos caminando desde San Salvador de Jujuy. Somos más de 200 personas en la columna. Lo hacemos cada año, por fe y por agradecimiento”, cuenta Marcela, una peregrina que camina junto a su hija adolescente.
Desde el puerto del Callao, llegaron hombres y mujeres en sus bicis, de edades entre 55 y 75 años, a pura fe.
Las autoridades locales estiman que más de 800.000 personas participarán este año en la procesión central del 15 de septiembre, que culmina con el tradicional “Pacto de Fidelidad” entre el pueblo salteño y sus santos patronos.
Las peregrinaciones, cuyas llegadas cúlmines, será entre hoy y mañana, alcanzan las casi 250 entre las que llegaron a partir del 1 de agosto como la última que será el 14 a las 23,45, de acuerdo al cronograma elaborado, por la Catedral Basílica y que se puede visitar en la página web.
Por su parte, voluntarios y organizaciones sociales brindan asistencia a los caminantes con alimentos, agua, abrigo y primeros auxilios.
El clima de devoción se respira en cada rincón de Salta.
Iglesias abiertas, cantos, rezos y el sonido de bombos y guitarras acompañan a los fieles en su trayecto.
Las comunidades se organizan para recibir a los peregrinos, ofreciéndoles descanso, alimento y palabras de aliento.
La festividad del Milagro es mucho más que un evento religioso: es una manifestación cultural y humana que año tras año reúne a personas de todas las edades, condiciones y regiones, unidas por la esperanza, la fe y el deseo de agradecer o pedir por un futuro mejor.