La avanzada de las políticas de motosierra del gobierno nacional liberal libertario ponen su foco en organismos fundamentales para la defensa de los derechos conquistados durante los últimos años, entre ellos los relacionados a las comunidades de pueblos originarios en el territorio argentino.
Y es que el reciente anuncio del Gobierno de Javier Milei sobre la posible eliminación o reforma de unos 60 organismos públicos, incluyendo el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), ha generado una profunda preocupación entre las comunidades indígenas de Argentina. La medida, que forma parte del plan del nuevo ministro de Desregulación y Modernización del Estado, Federico Sturzenegger, es vista como un ataque directo a los derechos y la supervivencia cultural de los pueblos originarios. Frente a esta posibilidad y en diálogo con Nuevo Diario, Faustino Peloc, cacique del Pueblo Kolla, expresó su inquietud y el rechazo ante la posible eliminación del INAI. “El INAI es una institución muy importante para los pueblos originarios. Nos ayudó bastante, se ha creado a través de una ley y está mal que este gobierno quiera eliminarla, siendo una herramienta fundamental para los pueblos originarios”, afirmó Peloc.
La importancia del INAI y la protección de los derechos indígenas
El INAI ha sido clave en la defensa y promoción de los derechos indígenas, especialmente en lo que respecta a la tierra y el territorio. La Ley 26.160, vigente desde 2006, obliga al Estado Nacional a garantizar progresivamente estos derechos, prohibiendo los desalojos de tierras ocupadas tradicionalmente por comunidades indígenas. Sin embargo, la actual administración ha mostrado una clara intención de desmantelar estas protecciones. Peloc advierte que la eliminación del INAI sería una medida autoritaria, destacando que muchos pueblos votaron y apoyaron a Milei con la esperanza de un cambio positivo, pero no en detrimento de sus derechos. “No se permitirá que elimine una herramienta importante para nosotros”, afirmó. El cacique también mencionó los avances recientes gracias al INAI, como las 18 carpetas de relevamiento territorial realizadas en el pueblo Kolla para obtener los títulos comunitarios de la Finca de Santa Victoria. Estas acciones son esenciales para la reivindicación de derechos ancestrales y su preservación cultural, que hoy deben enfrentar las dinámicas de un liberalismo dispuesto a avanzar hasta las últimas consecuencias.
Un contexto preocupante
Se complejiza la historia frente a numerosas provocaciones y hasta invisibilizaciones del derecho indígena, que van desde el cambio de denominación del Salón de los Pueblos Indígenas, hasta el intento de derogación de la Ley de Tierras, contando además la prohibición del izamiento de la bandera de los pueblos originarios en Parques Nacionales, y la invisibilidad en políticas de género con abordaje interseccional en la vulnerabilidad de mujeres indígenas. No obstante, la más reciente afrenta está vinculada con el avance de las políticas extractivistas aprobadas a partir de la Ley bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos. Para comprender la emergencia de un presidente que se autodenomina “anarco-capitalista”, es necesario considerar la historia reciente de Argentina. Las últimas décadas han estado marcadas por la polarización política y la sistemática ineficiencia del Estado para proteger los derechos indígenas. De este modo, resulta fundamental el reconocimiento de que gestiones anteriores no lograron construir un marco de protección adecuado para los pueblos originarios, dejando un legado de inmovilismo y falta de acción. Las medidas actuales del gobierno de Milei, como el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/23, que modifica o deroga unas 300 leyes vigentes, han puesto en riesgo los derechos indígenas. El intento de derogación de la Ley de Tierras, el cierre del INADI y la anunciada disolución del INAI son ejemplos de políticas que podrían tener consecuencias devastadoras en las comunidades indígenas.