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Los rebeldes en Siria asumen el control del Estado y preocupan a Occidente

HTS suspende la Constitución y el Parlamento, mientras promete un gobierno inclusivo en medio de dudas internacionales.

El grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), liderado por Ahmad al-Sharaa, antiguo líder rebelde conocido como Al-Golani, ha asumido el control del aparato estatal sirio tras la caída del régimen de Bashar al-Assad. La suspensión de la Constitución y el Parlamento por tres meses genera incertidumbre sobre el futuro político del país.

Desde el domingo, HTS ha consolidado su autoridad en Damasco. Ha desplegado fuerzas policiales, trasladado altos funcionarios desde Idlib y designado a Mohammed al-Bashir como primer ministro interino. Sin embargo, las preocupaciones por la inclusión de las minorías han generado tensiones tanto internas como internacionales.

Inquietudes internacionales

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, expresó el apoyo de su país a una transición política inclusiva. “Respetar los derechos de las minorías y garantizar un gobierno no sectario es esencial,” dijo durante su visita a Jordania.

El G7 también pidió que el nuevo gobierno sirio respete los derechos de las mujeres y las minorías, además de asegurar la destrucción de las reservas de armas químicas del país.

Sin embargo, HTS, considerado un grupo terrorista por varios países, enfrenta escepticismo. “Están eligiendo ministros de un solo color político, lo cual es preocupante en una sociedad tan diversa,” criticó Zakaria Malahifji, exasesor político de los rebeldes en Alepo.

Promesas y desafíos

Mohammed al-Bashir aseguró que su gobierno “garantizará los derechos de todas las comunidades” y llamó a los exiliados a regresar para reconstruir Siria. Sin embargo, muchos temen un retroceso hacia un régimen islamista estricto.

Mientras tanto, las fuerzas kurdo-sirias anunciaron que adoptarán la bandera de la revolución para mostrar unidad con el nuevo gobierno, pero con reservas sobre el futuro.

La transición en Siria será vigilada de cerca por la comunidad internacional, que exige garantías de inclusión y estabilidad en un país devastado por más de 13 años de guerra civil.

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