Lula honra a Mujica con la máxima distinción brasileña

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, condecoró al expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica con el Gran Collar de la Orden Nacional de Cruzeiro do Sul, destacando su legado y amistad.
En una emotiva ceremonia en la chacra de Mujica en Montevideo, Lula expresó su profunda admiración y cariño por el exmandatario uruguayo, resaltando su autenticidad y compromiso con América Latina.
El pasado 5 de diciembre de 2024, en el marco de la Cumbre del Mercosur celebrada en Montevideo, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva visitó la residencia rural de su amigo y exmandatario uruguayo, José “Pepe” Mujica.
Allí, en una ceremonia íntima y cargada de simbolismo, Lula le otorgó el Gran Collar de la Orden Nacional de Cruzeiro do Sul, la máxima condecoración que Brasil otorga a personalidades extranjeras.
Con la voz entrecortada y visiblemente emocionado, Lula expresó: “Un hermano no se escoge, una madre tampoco, pero un compañero sí. Él es el compañero que yo escogí”.
Destacó que, a lo largo de su carrera política, había conocido a muchos presidentes, pero que ninguno se igualaba a la grandeza del alma de Mujica.
El legado de Mujica
José Mujica, de 89 años, recibió la distinción con humildad. Apoyado en un bastón y acompañado por su esposa Lucía Topolansky, agradeció el gesto diciendo: “No soy un hombre de medallas, pero este es un amigo de muchos años.
Lula es de lo mejor que he encontrado en esta sufrida nuestra América”. Mujica, quien se recupera de un cáncer de esófago, añadió que el brasileño era “de lo mejor” que ha visto pasar por Latinoamérica, “un continente rico con demasiado pueblo pobre”.
El expresidente uruguayo también expresó su deseo de que Lula continúe su legado, mencionando la posibilidad de una nueva candidatura en 2026: “Le deseo larga vida y que repita”.
Una amistad forjada en ideales compartidos
La relación entre Lula y Mujica trasciende la política. Ambos líderes han compartido una visión común sobre la integración regional, la justicia social y la lucha contra la pobreza. Su amistad se ha consolidado a lo largo de los años, basada en el respeto mutuo y en la lucha por una América Latina más equitativa.
Este emotivo encuentro no solo resalta la profunda conexión entre dos figuras emblemáticas de la política latinoamericana, sino que también subraya la importancia de los valores y principios en la construcción de relaciones duraderas y significativas.