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Lula prioriza la doctrina China tras cooperación tecnológica, energética y agrícola

El presidente Lula prioriza la relación estratégica con China, lo que altera el tradicional equilibrio internacional de Brasil. El giro hacia Beijing reconfigura alianzas económicas y diplomáticas, y mide la autonomía brasileña frente a Estados Unidos.

Desde comienzos de su segundo mandato, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha consolidado una política exterior centrada en fortalecer la relación con China. Ha promovido una narrativa que rechaza la intervención de Estados Unidos, y enfatiza la soberanía económica de Brasil. Esta perspectiva ha sido bautizada por analistas como la doctrina “China primero”.

Esta orientación quedó en evidencia durante la visita de Estado de Xi Jinping a Brasil y en acuerdos firmados con Beijing que incluyen cooperación tecnológica, energética y agrícola. Lula ha afirmado además que Brasil no aceptará concursos desiguales en comercio global ni depender exclusivamente del dólar.

Sin embargo, diversos especialistas advierten sobre una pérdida de equilibrio. La alineación con China podría afectar las relaciones con Estados Unidos y la Unión Europea, especialmente en un contexto de creciente tensión comercial. Se interpreta que el enfoque multipolar buscado por Brasil podría volverse desequilibrado si no equilibra sus vínculos con Washington.

Adicionalmente, desde Washington se ha endurecido la respuesta. Trump elevó aranceles al 50 % sobre productos brasileños, empezó a aplicar sanciones bajo la ley Magnitsky a funcionarios brasileños y presionó públicamente al Supremo brasileño. Lula ha utilizado esta situación para reforzar su postura nacionalista en escenarios internos y externos.

El riesgo percibido de esta política radica en que Brasil podría quedar atrapado en una dependencia mayor frente a China. Aunque los beneficios comerciales son evidentes, la influencia diplomática y económica de Beijing ya supera ampliamente a la de otros países en la región. El comercio bilateral supera los 70 % de la soja exportada por Brasil y muchos acuerdos estratégicos buscan reducir la dependencia del dólar.

Mientras tanto, Lula insiste en que su país busca una voz propia y equidad en las relaciones internacionales. Cuestiona la influencia de EEUU y pretende consolidar un rol más activo en el Sur Global, aunque bajo una lógica que pone a China en primer lugar dentro del eje diplomático brasileño.

Fuente: Infobae

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