Marcada discriminación en los servicios de salud para el colectivo LGBTQ
Los resultados del Primer Relevamiento Nacional de Condiciones de Vida de la Diversidad Sexual y Genérica revelan una persistente resistencia en los servicios de salud, entre otros ámbitos, lo que se traduce en discriminación, falta de apoyo y violencia social, afectando a todas las identidades sexo-género. Estos factores reflejan indicadores preocupantes en toda la población LGBTIQ+.
Un dato clave es que el 34,8% de los encuestados accede a asistencia médica en hospitales y centros de salud, mientras que el 47,9% cuenta con obra social y el 15,5% tiene prepaga.
Más de la mitad de las personas transfemeninas y transmasculinas utilizan el sistema público de salud, mientras que un 53,9% de los gays, 49,2% de las lesbianas y 48% de los bisexuales masculinos disponen de obra social.
Los indicadores también muestran serios problemas en cuanto a la salud mental dentro de la población LGBTIQ+. Como resultado del estigma, la discriminación y la violencia, muchos miembros del colectivo han experimentado pensamientos suicidas y presentan niveles elevados de depresión, ansiedad y estrés.
“La discriminación, la falta de acceso a empleo y la vulnerabilidad en diferentes ámbitos sociales contribuyen al aumento de la ansiedad y el estrés en el colectivo LGBTQ+”, explicó Laura Navallo, investigadora de la Universidad Nacional de Salta.
En cuanto a la discriminación en los servicios de salud, los informes revelan que el colectivo LGBTIQ+ ha sido objeto de trato desigual por parte de profesionales de la salud, con un 21% de los encuestados reportando estas experiencias.
También se destaca la discriminación por parte de agentes públicos en trámites o reclamos (20,3%) y las fuerzas de seguridad (12,9%).
Las personas trans, tanto femeninas como masculinas, son las que más han sufrido discriminación en el ámbito de la salud, alcanzando niveles de hasta un 46%.