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Mark Carney asume como primer ministro de Canadá y envía un mensaje firme a EE.UU.

El economista y exgobernador del Banco de Canadá inicia su mandato con una advertencia a Washington sobre los aranceles comerciales. Analistas destacan su perfil técnico y el desafío de unir a un país políticamente dividido.

Mark Carney asumió oficialmente como primer ministro de Canadá, marcando el inicio de una nueva etapa en la política del país. Con una trayectoria destacada en el ámbito económico, Carney se enfrenta al reto de liderar una nación con crecientes tensiones comerciales y desafíos internos.

En su primer discurso como jefe de gobierno, dejó claro que la relación con Estados Unidos será una de sus prioridades, especialmente en lo que respecta a las políticas arancelarias que afectan a la economía canadiense.

El nuevo mandatario llega al cargo con la promesa de reforzar la estabilidad económica y fomentar un crecimiento sostenible.

Su experiencia como gobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra ha sido señalada como una de sus principales fortalezas para gestionar el país en un contexto global incierto.

Advertencia a EE.UU. sobre aranceles

Uno de los primeros temas abordados por Carney fue el impacto de los aranceles impuestos por Washington a productos canadienses. En un tono firme, advirtió que su gobierno no dudará en tomar represalias comerciales si Estados Unidos mantiene políticas que perjudiquen a la industria canadiense.

“Canadá siempre ha apostado por el libre comercio y la cooperación con nuestros socios. Sin embargo, no podemos permitir medidas unilaterales que dañen nuestra economía y a nuestros trabajadores”, declaró el primer ministro en su primer mensaje oficial.

La advertencia de Carney refleja la creciente preocupación en Ottawa por el proteccionismo estadounidense y la necesidad de defender los intereses canadienses en sectores clave como la industria manufacturera, la agricultura y la energía.

Desafíos internos y expectativas

Más allá de las relaciones internacionales, Carney enfrenta un país políticamente fragmentado, con una oposición que cuestiona su falta de experiencia en el ámbito legislativo. Su administración tendrá que trabajar en la reconciliación de una sociedad dividida y en la implementación de políticas que atiendan temas urgentes como la crisis de vivienda, el cambio climático y la inflación.

Por otro lado, su perfil tecnocrático genera confianza en los mercados y en sectores empresariales que ven en su liderazgo una oportunidad para fortalecer la economía.

Sin embargo, también deberá demostrar su capacidad para conectar con la ciudadanía y responder a las demandas de los votantes.

El mandato de Mark Carney comienza con grandes expectativas y desafíos. Su capacidad para gestionar la relación con Estados Unidos, impulsar la economía y mantener la estabilidad política será clave en los próximos meses.

Con un discurso pragmático y una visión económica clara, el nuevo primer ministro busca posicionarse como un líder capaz de guiar a Canadá en un momento de cambios y tensiones globales.

Fuente: Infobae

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