Meisner insiste en que el Museo de la Vid le pertenece a Cafayate

El debate por la propiedad del Museo de la Vid y el Vino en Cafayate sumó un nuevo capítulo.
Tras las declaraciones de la directora del museo, Adriana Balut, y de la subsecretaria de Patrimonio Cultural, Claudia Lamas, quienes aseguraron que el terreno pertenece a la Provincia de Salta, el concejal Gabriel Meisner respondió con firmeza, defendiendo la titularidad municipal y anticipando medidas judiciales si es necesario para “recuperar un patrimonio que pertenece al pueblo cafayateño”.
“Esto es igual a las 32 hectáreas que ha recuperado Cafayate. El museo se crea en el año 79-80. La provincia, por ley 5.375, dona al municipio, luego de una expropiación de tierras privadas, el Museo de la Vita y Vinicultura, el Concejo Deliberante y el predio Serenata. Eso es lo que abarca la matrícula que dicen que pertenece a la provincia, pero es ni más ni menos que donde está enclavado el museo”, explicó Meisner en diálogo con Nuevo Diario.
Para el edil, la situación actual repite un esquema ya vivido por la comunidad cafayateña en otros procesos de recuperación territorial:
“El municipio tiene la propiedad por la donación que le hace la provincia por la ley. Tuvo la posesión hasta 2006. Es por eso que el BID, cuando dan el crédito, no tenía la provincia ni la propiedad ni la posesión del inmueble, y se emite el comodato que hoy niegan haber firmado, pero que está en el expediente del BID. Si no, nunca le hubiesen dado el crédito”, afirmó.
A contramano de las declaraciones oficiales de la provincia
Según Balut y Lamas, el museo “nunca fue cedido” a la municipalidad y el comodato de 2006 sería inválido porque el municipio “firmó solo” un convenio que la provincia nunca refrendó. Sin embargo, Meisner desmiente esa versión:
“El comodato se firmó por medio de una ordenanza. Se autorizó al ex intendente Ocampo a suscribirlo, se remitieron las copias firmadas y llegaron a la provincia. Lo que la provincia no hizo fue remitir la copia firmada por el ministro Racedo Aragón en ese entonces”, relató, agregando que en la cláusula quinta del comodato se reconoce explícitamente que “no se discute la propiedad del museo por parte del municipio de Cafayate”.
Para el concejal, negar esa historia es “borrar directamente 27 años de administración cafayateña”. En ese sentido, recordó que “desde el año 79-80 hasta 2006, el museo fue administrado por el municipio, creado por el ex intendente Ruiz Moreno. Muchos de los bienes que se encuentran allí pertenecen a vecinos vitivinicultores que los prestaron para constituir el antiguo Museo del Vino”.
La polémica a partir del reclamo de Meisner y una nota de Nuevo Diario
La polémica actual se reavivó el año pasado, cuando el Concejo Deliberante, presidido en ese momento por Meisner, reclamó la restitución del museo a la administración municipal, hecho que cubrió en todas sus instancias Nuevo Diario durante el mes de mayo de 2024.
El fundamento central era la expiración del comodato firmado en 2006, que otorgaba la gestión por siete años y jamás se renovó formalmente, dejando el control provincial en una situación al menos cuestionable. La provincia, a través de su funcionariado, sostiene que el terreno siempre fue provincial y que la construcción del museo se realizó con fondos provinciales y del Banco Interamericano de Desarrollo.
Sin embargo, para Meisner la cuestión de los fondos no niega la titularidad:
“La propiedad se obtiene por la donación que hace por ley la provincia, y la posesión la tuvo siempre el municipio. El BID no da créditos sin que exista propiedad o posesión clara. Y eso está acreditado en los expedientes”, insistió.
Ante la falta de resolución política, Meisner anticipó el camino judicial:
“Las acciones a seguir son fáciles, habrá que judicializar este tema, que nos devuelvan el museo. Están todas las pruebas que acreditan que es nuestro. La historia y los libros de Cafayate lo dicen”.
Más allá del debate legal, la cuestión trasciende lo patrimonial. Para Meisner, recuperar el museo implicaría también fortalecer la economía local y la identidad cafayateña. Durante su gestión como presidente del Concejo Deliberante, el edil cuestionó la falta de transparencia en la administración provincial, la tercerización de servicios a empresas externas y la ausencia de contratos con firmas locales que pudieran beneficiar la economía de la ciudad del sol y del buen vino.
En mayo de 2024, cuando comenzó el reclamo del edil para recuperar el museo, Meisner planteó que “la discusión no es solo financiera, sino también de gestión y empleo local”.