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Menores desaparecidos en Guayaquil: un testigo clave declara y militares enfrentan audiencia

La investigación sobre la desaparición de Josué e Ismael Arroyo, Saúl Arboleda y Steven Medina, cuatro menores que fueron detenidos por militares el pasado 8 de diciembre en Guayaquil, ha dado un paso significativo con la declaración de un testigo clave.

Este hombre, quien permitió a uno de los hermanos Arroyo realizar una llamada a sus padres antes de desaparecer, se ha convertido en una pieza central para esclarecer los hechos.

El Ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, confirmó en una entrevista que la Fiscalía ya cuenta con la declaración de este testigo, cuya identidad se mantiene en reserva por seguridad. Según lo relatado por las familias, el hombre habría prestado su teléfono para que los menores, encontrados desnudos y a más de 40 kilómetros de sus hogares, pidieran ayuda. En su desesperado llamado, uno de los chicos dijo: “Papá, ven sálvame”, y envió su ubicación vía WhatsApp. En una segunda llamada, el testigo aseguró que “la mafia se llevó” a los niños.

Información revelada por el medio La Posta sugiere que los menores habrían sido trasladados en motocicletas, y que esa noche se registró actividad similar en la base militar de Taura. Sin embargo, esta versión no ha sido confirmada ni desmentida por las autoridades.

Audiencia contra militares y hallazgos forenses

La Fiscalía ha clasificado el caso como desaparición forzada y programó una audiencia de formulación de cargos contra los 16 militares implicados para el próximo 31 de diciembre a las 10:00. Mientras tanto, se están realizando análisis de ADN a restos humanos encontrados a 16 kilómetros de la base militar, que podrían pertenecer a los menores. Si se confirma, la investigación podría expandirse al delito de ejecución extrajudicial.

El fiscal Christian Fárez, quien lidera el caso, afirmó durante una audiencia previa que no existe evidencia alguna que vincule a los menores con actos ilícitos: “No hay pruebas, partes policiales ni testimonios que sustenten la versión de un presunto robo”.

Declaraciones del Ministro de Defensa y críticas al manejo militar

El ministro Loffredo declaró que “nada de lo que hayan hecho los niños justifica que estén desaparecidos” y enfatizó que no habrá encubrimientos: “Las personas responsables tendrán que pagar por sus errores”. Sin embargo, también advirtió contra generalizaciones que desacrediten a las Fuerzas Armadas, calificando como falsas las insinuaciones de que los militares actúan como bandas para secuestrar y desaparecer personas.

Denuncias de otras desapariciones y campaña de desprestigio

La Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador (Asfadec) denunció que, además de los menores de Guayaquil, hay al menos cinco jóvenes más desaparecidos tras operativos militares. La organización recordó que la desaparición forzada es un delito de lesa humanidad y suele utilizarse como herramienta para infundir temor en la población.

Paralelamente, en redes sociales ha circulado una campaña de desinformación que utiliza imágenes falsas para vincular a los niños con grupos criminales. El portal de verificación Lupa Media desmintió estas afirmaciones, señalando que las fotografías usadas corresponden a menores de otros casos registrados en 2022.

Un país en vilo

La desaparición de los menores ha generado indignación en Ecuador, reflejada en marchas, murales y exigencias de justicia por parte de las familias. La próxima audiencia del 31 de diciembre será crucial para determinar el rumbo de esta investigación que ha sacudido a Guayaquil y al país entero.

Fuente: Infobae

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