Netanyahu: “Si Hamas no se desarma, se desatará el infierno”

Netanyahu expresó que, aunque apuesta por una solución pacífica, Israel está preparado para actuar con firmeza si el grupo islamista no entrega sus armas y cumple el acuerdo.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, advirtió en una entrevista reciente que si Hamas no acepta desarmarse voluntariamente, “se desatará el infierno”. Reconoció, sin embargo, que espera poder avanzar hacia el desarme de forma pacífica, pero sin renunciar a la fuerza si fuera necesario.
Durante su intervención, Netanyahu evocó el plan de 20 puntos promovido por Estados Unidos, que plantea que Hamas debe entregar sus armas y contribuir a la desmilitarización de la Franja de Gaza. Dijo que Israel y las partes involucradas ya han completado una primera fase del acuerdo y que ahora debe cumplirse la segunda etapa.
“Hemos acordado darle una oportunidad a la paz”, declaró el mandatario, al tiempo que admitió que el país aún mantiene fuerzas desplegadas en Gaza, mientras Hamas conserva presencia en el territorio. En ese contexto, insistió en que si no se logra el desarme de forma voluntaria, Israel lo hará por otros medios.
Netanyahu también recordó que su posición no es un deseo de escalada, sino una reacción ante la obligación de garantizar la seguridad del Estado israelí. “Espero que no ocurra” lo más extremo, afirmó, haciendo hincapié en que preferiría que el proceso fuese pacífico. Pero dejó claro que están preparados para actuar si Hamas rechaza el desarme.
La amenaza se produce en un momento sensible del conflicto, cuando varios intereses internacionales, diplomáticos y estratégicos están en juego. Emirates y Egipto intensifican esfuerzos como mediadores, mientras que Estados Unidos impulsa su rol como garante del acuerdo. Por su parte, Hamas no ha dado señales definitivas de aceptar el desarme completo.
Este planteo de Netanyahu eleva la tensión diplomática y militar: caracteriza el ultimátum israelí como una prueba de voluntad de Hamas para optar por la paz institucional, o bien asumir las consecuencias de una acción más agresiva. El mundo observa con atención cómo continuará este pulso entre disuasión y coerción en un escenario ya de por sí fragmentado y altamente volátil.
Fuente: Infobae