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Nuevas restricciones para mujeres en Afganistán generan indignación

Nuevas restricciones para mujeres en Afganistán generan indignación tras nuevas normas prohíben que las mujeres levanten la voz en público o miren a hombres que no sean sus esposos o familiares.


La policía religiosa afgana, también conocida como la “policía de moralidad”, ha recibido nuevas facultades para imponer restricciones adicionales a las mujeres. Estas nuevas normas prohíben que las mujeres levanten la voz en público o miren a hombres que no sean sus esposos o familiares. Esta medida ha incrementado la represión, especialmente en las áreas urbanas, donde las mujeres sienten cada vez más la presión del régimen talibán.

En Kabul, las autoridades han intensificado la presencia de la policía de moralidad, con oficiales recorriendo calles, centros comerciales y paradas de transporte público. Su misión es identificar a mujeres que no cumplan con las normas de vestimenta o que, según ellos, se comporten de manera “inapropiada”, como alzar la voz o reír en público.

Restricciones que ya eran severas

Antes de estas nuevas reglas, la vida de las mujeres afganas ya estaba fuertemente controlada por el gobierno talibán. Desde su regreso al poder en 2021, los talibanes han impuesto restricciones a la educación y la movilidad de las mujeres. A las niñas se les prohibió asistir a la escuela más allá del séptimo grado, y las universidades también les fueron vetadas. Sin embargo, algunas mujeres continuaban asistiendo a clases secretamente hasta que las nuevas normas desalentaran esta práctica.

“Hace tres semanas todavía tenía la esperanza de que los talibanes cambiaran y eliminaran las restricciones a la educación de las niñas”, dijo Meena, una joven de 20 años que imparte clases clandestinas a adolescentes. Sin embargo, tras la promulgación de la ley de “vicios y virtudes”, Meena perdió toda esperanza de ver mejoras.

Testimonios desgarradores

Mujeres afganas entrevistadas expresan su temor. Una activista de 48 años recordó cómo los talibanes le prohibieron estudiar cuando tomaron el poder en los años 90. Ahora, ve cómo la historia se repite: “Todo el país se ha convertido en un cementerio de sueños de mujeres”, afirmó.

La diferencia entre las áreas urbanas y rurales, que en un principio ofrecía esperanza de mayor tolerancia en ciudades como Kabul, parece desvanecerse. “Dentro de los talibanes había un grupo que parecía ser más moderado, pero ya no queda ninguna esperanza”, comentó Sajia, una exestudiante universitaria de 24 años.

Justificaciones y críticas

El Ministerio de Justicia talibán ha defendido estas normas, afirmando que buscan “respetar la dignidad humana” y aplicarlas “con suavidad”. Sin embargo, activistas afganas por los derechos de las mujeres aseguran que el Corán no respalda estas restricciones. Para muchas, estas reglas son simplemente una estrategia de los talibanes para negociar con la comunidad internacional.

Algunas mujeres culpan al silencio global. “El silencio del mundo durante los últimos tres años pasará a la historia como un capítulo oscuro”, dijo Meena. La sensación de abandono es generalizada entre las mujeres afganas, que ven cómo sus libertades desaparecen mientras el mundo parece mirar hacia otro lado.

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