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Ocho imputados por el secuestro de un hombre en un caso de drogas

La jueza federal de Garantías N°2 de Salta, Mariela Giménez, dio por formalizada la investigación penal requerida por el fiscal federal, Ricardo Rafael Toranzos, en contra de ocho personas detenidas en el marco de una investigación realizada por Área de Casos Complejos de la Unidad Fiscal Salta con la asistencia de la Unidad Fiscal Especializada en Secuestros Extorsivos (UFESE).

La imputación es por el delito de secuestro extorsivo, agravado por el número de intervinientes y las lesiones gravísimas causadas a la víctima. Los acusados son Horacio Erik Chauqui, Cristián Martínez, Micaela Riquelme, Daniel Llanos, Emanuel Yamil Arjona, Aurelio Florentino Maldonado, Carlos Gustavo Lozano y Roy Carlos Choque Aguirre.

A requerimiento de la fiscalía, la jueza dictó en la misma audiencia la prisión preventiva de todos los acusados por considerar que son fehacientes los riesgos de fuga y entorpecimiento esgrimidos por el fiscal. Coincidió en la gravedad extrema del hecho que se vio plasmada en la violencia de parte de los imputados.

En la presentación del caso, el fiscal explicó que, para la ejecución del secuestro, que comenzó un jueves y se extendió hasta el día siguiente, tres de los acusados (Choque Aguirre, Lozano y Llanos) llegaron a la ciudad procedentes del Estado Plurinacional de Bolivia.

Para el fiscal y la auxiliar Carolina Aráoz Vallejos, el “movimiento en bloque” de aquellos dejó en claro que se trataba del accionar de una organización. Dijeron que el ingreso al país fue en forma legal, precisamente, para desechar cualquier presunción en su contra.

De acuerdo con la investigación, Choque Aguirre, de profesión ingeniero ambiental, llegó a la capital provincial y en seguida coordinó con el resto de los acusados el rapto.

Sangriento hecho

El fiscal señaló que el secuestro ocurrió el jueves a la noche, cuando la víctima se hallaba en su casa, donde compartía un asado con otros parientes. En ese contexto, aparecieron varios encapuchados, quienes se presentaron como policías y se lo llevaron.

A la hora de este episodio, los familiares de la víctima recibieron un video en el que aparecía la víctima golpeada y se veía como uno de los captores, con una pinza, le arrancaba la uña del dedo meñique de la mano derecha, para luego darle de golpes. En un mensaje siguiente, vía WhatsApp, pedían que otro familiar hiciera entrega de un dinero, que la plata tenía que “aparecer”. Según indicó el fiscal, los imputados también fueron intimidantes para que no diera intervención a la policía, pues anticiparon que eso agravaría la situación del hombre secuestrado e incluso de otros integrantes de la familia. No obstante, al día siguiente dieron aviso de lo que sucedía a través de un llamado al sistema de emergencias 911.

El cabecilla regresó al día siguiente

El representante del MPF relató que, a partir del pedido de auxilio y bajo directivas de la fiscalía, personal de investigaciones de la policía local instaló una vigilancia reservada en la casa, a la cual Choque Aguirre regresó al día siguiente, poco después del mediodía, para exigir el cumplimiento en el pago del rescate, como también para que le proporcionen la dirección de un tío, quien supuestamente era el que se habría quedado con la droga reclamada.

Explicó que pudo constatarse que el acusado había llegado en un taxi Fiat Cronos, conducido por Maldonado, en el que también había otro ocupante, quien se dio a la fuga cuando la policía intervino y detuvo a Choque Aguirre y al conductor del rodado. En esa circunstancia comenzó a sonar el teléfono de uno de los ahora detenidos.

El fiscal precisó que, en ese momento, los investigadores se percataron que la llamada entrante tenía el mismo número telefónico de los mensajes amenazantes que habían recibido los familiares, por lo que se dispuso un operativo que permitió dar con el domicilio donde estaba cautivo.

En este punto, el fiscal resaltó que, dado los mensajes y tres videos remitidos en los que había imágenes de extrema violencia sobre la persona secuestrada, se decidió realizar el rescate, pues se consideró que existía un serio riesgo de vida.

Relató que en cuestión de minutos, los policías llegaron hasta una vivienda del barrio Santa Rita II, en la zona sur de la ciudad, donde irrumpieron y redujeron a los otros siete acusados y hallaron a la víctima debajo de una cama. El hombre presentaba gravísimas lesiones y fue asistido de inmediato.

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