Organismos de Derechos Humanos recordaron a las víctimas de la Masacre de El Gallinato
Los primeros días de la primavera traen consigo el dolor y las heridas de una página que no cierra en la historia de nuestro país y nuestra provincia.
Y es que esta época recuerda el plan sistemático de terror y exterminio, que durante dos días 24 y 25 de septiembre, se cobraron la vida de Gemma Fernández, Héctor Gamboa, Silvia Aramayo, Daniel Loto Zurita y el estudiante Carlos Figueroa Rojas en el año 1976, cuando sus cuerpos fueron dinamitados en el paraje conocido como El Gallinato, por su militancia política, social y sindical. A ellos se suma el fusilamiento del joven Martín Miguel Cobos en la puerta de su casa. Todo ello en ese momento, bajo la connivencia de los distintos poderes del Estado, y que llamativamente supieron mantener en silencio al hoy fallecido y condenado ex juez federal Ricardo Lona.
A 46 años del denominado "Septiembre trágico", familiares y organismos de Derechos Humanos realizaron ayer un acto en memoria de las víctimas salteñas, allí en el lugar donde se encontraron los cuerpos, y hoy configura un monumento, al tiempo que recalcaron en un documento que resalta la importancia de la recuperación de la memoria.
Nuevo Diario dialogó con Elia Fernández, hija de María "Chicha" Alonso de Ragone, masacrada en Palomitas, y miembro de la Mesa de Derechos Humanos de la provincia que destacó la fecha para estos organismos en Salta: "Recordamos a todas las víctimas del terrorismo de Estado durante el mes de septiembre en 1976 en distintos puntos de la provincia". En ese sentido advirtió que: "Llama la atención la cantidad de secuestros, desapariciones y asesinatos que se produjeron en ese mes".
Asimismo, Fernández hizo hincapié en lo que significó El Gallinato como lugar "donde ocurrieron hechos tristes y de terror para la población, como fue la dinamitación de los cuerpos de hombres y mujeres, otra forma de implementar el terror y paralizarla de silencio y miedo". Por su parte, Mariana Gamboa, hija de Gemma Fernández y de Héctor Gamboa, dio detalles de las actividades de ayer, donde participaron cerca de 70 personas, entre miembros de la Mesa de Derechos Humanos, representantes de la CTA, y algunos lugareños: "Reanudamos el compromiso de seguir trabajando para que las generaciones más jóvenes conozcan lo que pasó en el paraje El Gallinato, y sobre todo el compromiso de quienes viven allí de querer señalizar el lugar, armando una acción con las escuelas del lugar para que se recupere la memoria oral con esta gente".
En el documento leído refiere a las señalizaciones de los Sitios de Memoria bajo la ley nacional N° 26.691 enfatizando que: "Son una conquista de los Organismos de DDHH, de las Madres, las Abuelas, los Familiares y los HIJOS, para preservar LA MEMORIA para las futuras generaciones y así poder hacer efectivo el NUNCA MÁS". Y es que aún en el dolor que significa cada septiembre para cada una de estas familias, los acompaña y reconforta saber que mientras haya memoria, nada detendrá la primavera.
Los relatos de un Septiembre Trágico en Salta para la memoria
Septiembre remueve los dolores de la dictadura militar en Salta, y recuerda una fatídica seguidilla de hechos en una suerte de caza de todos aquellos militantes políticos, gremiales o sociales en distintos puntos de la provincia, según da cuenta el documento que ayer leyeron en el paraje El Gallinato.
El 2 de septiembre son secuestrados Sergio Wenseslao Copas en el Departamento Rivadavia Banda Sur; David Reyna León en Orán y en Embarcación Silvia Sáenz de Vuistaz. En la madrugada del día 3, el grupo de tareas de Orán va por los militantes de la JP Néstor Salomón y secuestran primero a Santos Abraham Garnica. Días más tarde, el 13 también en Orán, es llevado Gregorio Tufiño, estudiantes de Ciencias Económicas, mientras que, al sur, en Metan, secuestraron y asesinaron militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores en septiembre de 1976. El día 22, los hermanos Carlos Lucas y Ángel Federico Toledo fueron acribillados a balazos.
El Septiembre Trágico despliega su versión de sangre y horror también en Salta Capital. El 8 y 9 de septiembre detienen a tres integrantes de una misma familia: Rolando Gómez tenía 23 años, al día siguiente van en busca de su hermana Lidia Gómez de Colqui y de su sobrino Alfredo Colqui, de 26 años.
El 24 de septiembre se realizan sucesivos allanamientos, secuestros y desapariciones: es secuestrada la profesora de historia Silvia Aramayo, esa misma noche se llevan del barrio Santa Lucía, al matrimonio formado por Gemma Fernández y Héctor Gamboa. Luego van en búsqueda de Daniel Loto Zurita. El recorrido no terminaría allí, a las 4 de la madrugada seis uniformados de la policía federal irrumpen en el domicilio de Carlos Estanislao Figueroa en calle Santa Fe al 900. Ángel Esteban Rodríguez Concha de 22 años de edad aparece asesinado y envuelto en una bandera del PRT, el 24 de septiembre de 1976. En la madrugada del 25, un grupo de policías provinciales va en busca de Enrique Roberto Cobos de la JP. Al no dar con el paradero de Enrique, deciden desquitarse con Martín Cobos, que es acribillado. Estos hechos fueron parte del plan sistemático para infringir terror en la población civil. El ocultamiento de los cuerpos de los detenidos desaparecidos completó el círculo criminal de secuestros, torturas, muertes y desapariciones.