Para dos de los experimentados campaneros de la Catedral, este es el último Milagro
La destreza de quienes imprimen en las campanas ese tañir tan característico, lleva años y experiencia alcanzarla.
Son los casos de Alberto Serapio y José Gregorio Fernández, que este año viven su último Milagro desde el campanario.
Con cariño y admiración, Emmanuel Ibañez, se refiere a sus compañeros, que este año se retiran, aunque como dice tienen las puertas abiertas para volver “ellos nos dieron mucha enseñanza, mucha escuela, compartimos muchos años juntos. Entendemos que por una cuestión de edad y alguna que otra cuestión de salud, están dando un paso al costado”, dijo a Nuevo Diario quien desde hace doce años tiene este oficio.
Emmanuel señaló que el grupo de campaneros de la catedral lo conforman entre 16 y 17 muchachos, “sin embargo este año somos 13 los que interpretamos los repiques de las campanas en el Concierto de anoche sábado, y para acompañar a las imágenes a la salida del templo y a su regreso”, dijo
Sin embargo, recordó que las campanas de la Catedral suenan todo el año, los primeros jueves y viernes de cada mes, en Corpus Christie, Semana Santa y en algunas otras festividades.
Quienes cumplen con esta actividad que los honra, como sostiene, practican durante todo el año, hasta llegar a septiembre, “se los prepara, se los pule, a los muchachos, que quieren integrar el grupo, en cada una de las campanas, tanto en la mayor, como en las medianas y en las chiquitas. La idea es llegar muy bien preparados, para el Concierto.”, dijo
Dada la orden
Emmanuel, con emoción en la voz, recuerda, que “el momento más álgido es cuando se manda la orden de empezar a tocar, anunciando que alguna de las imágenes va a salir, porque vemos el revolear de pañuelos, recibiendo y saludando a sus patronos”.
Remarca que el sonido de campanas acompaña a las imágenes desde que están en la mitad de la nave central de la Catedral, hasta que, saliendo del templo, llegan a media cuadra de Belgrano entre Mitre y Zuviría.
Otro momento que guardan en su corazón es “cuando la Virgen del Milagro está por ingresar y desde la misma torre de las campanas, los pétalos de rosas blancas son arrojados, al mismo tiempo que se cantan las Doce Estrellas de María y la imagen comienza su trayecto de ingreso al tempo. En ese momento suena la sirena y podemos ver desde nuestro puesto, la lluvia de pétalos, todo es un clima muy especial, muy conmovedor”.
Finalmente, es un agradecido de poder cumplir con esta actividad tan cercana a los salteños como es el Milagro.