Judiciales

Pedido de justicia para la niña “Dulce” y su madre, tras 5 años de una batalla desigual

En la cuenta regresiva para el inicio del juicio oral y público contra su agresor y el de su pequeña hija, por abuso sexual, Yanela Barrios referenta de Madres Protectoras en Salta, relató a Nuevo Diario, su historia de  cinco largos años de violencia y revictimización en el Poder Judicial salteño.

Su dolor y transcurrir por distintas instancias, se transformó en la fortaleza de otras mujeres salteñas que padecen lo mismo que ella atravesó antes de la pandemia, tras la ruptura definitiva de una relación de pareja signada por violencias de todo tipo, con numerosas denuncias. Lo que Yanela nunca imaginó es que eso avanzaría aún más, y que sería su hija, la víctima de abusos por parte de su propio padre, en un contexto de un régimen amplio de visitas que mantenía con la niña, que en ese momento tenía tan solo tres años.

Al advertir y comprobar esta gravísima situación, Barrios buscó inmediatamente asistencia, y allí comenzó su largo peregrinar en busca de  respuestas de la Justicia que tardaron desde un principio, inclusive hasta la ampliación misma de la denuncia, con los detalles que pudo obtener sobre los permanentes abusos, según relataba la pequeña.

En el medio, también había varios procesos judiciales dilatados, como alimentos, violencia económica, entre otros. Y por si no fuera poco, en paralelo, al reclamo judicial, se desató una historia de hostigamientos por parte de la familia del imputado para con Yanela y la pequeña, con la insistencia de mantener un vínculo que la menor rechazaba en todos los términos.

Lo cierto es que en ese derrotero, un año transcurrió hasta que la causa por abuso comenzó a activarse y la menor fue llamada a Cámara Gésell, plagada de irregularidades, y sin una defensa estratégica para Yanela: "no podía pagar todas las causas", detalla, además de miles de aprietes, que incluyen amenazas y hasta una demanda por desalojo ya que el centro de vida era una casa con la que la amenazaban permanentemente

En el afán de no dar crédito a lo esgrimido por Yanela y su hija, debió afrontar también una serie de pericias psicológicas: "las acusaciones vinieron en mi contra, y aunque él tenía una acusación y un pedido de imputación por lo denunciado, la detención nunca se llevó a cabo, y además pedía de manera insistente la revinculación y el sobreseimiento parcial de las causas, e inclusive llegó a pedir el cuidado unilateral de la menor.

El tráfico de influencias

"Lo que sufrimos fue el tráfico de influencias en la justicia salteña", aseguró Yanela, y apuntó a una parienta directa del progenitor, que habría tomado parte en las sucesivas dilaciones de la causa.

"Increíblemente, y como una delincuenta me seguían por todo el barrio, preguntando qué es lo que hacía", relató en relación a la persecución judicial que sufrió durante años.

Se trata, según relata Barrios, de una situación que sucede mucho más a menudo de lo que parece, ya que forma parte de la violencia, abuso y la criminalización hacia las mujeres que aún existe en el sistema judicial de la provincia.

"Vemos que hay un estado totalmente ausente, los tres poderes hacen constantemente un atropello sobre los derechos de niños, niñas y adolescentes y a los derechos de las mujeres en estas cuestiones", expresó y agregó que en muchos juicios tardan años en hacer que los niños presten declaración, exponiéndolos durante largos años a un proceso y dónde la justicia intenta revincularlos con el agresor: "[…] queda una tan expuesta, no sólo por el Poder Judicial, sino en mi caso particular, al ataque de la familia del agresor. La Justicia en vez de prever esto y de resguardar a la víctima, y de actuar en consecuencia y protegerla, no lo hace, y encima ataca y actúa en concordancia con ellos, no con la víctima".

Una justicia sin perspectiva

"No podemos seguir sosteniendo que una jueza de familia siga insistiendo en una revinculación", señaló y contó que el abusador además y en una suerte de burla, presentó demanda por el  cuidado personal unilateral de la niña Dulce, es decir que quería llevársela. "Todo el tiempo actuó con la complicidad del poder judicial para hostigarme, callarme y además de esto buscar sacármela, como sucedió en otras provincias pero hubo cosas que no pudieron tapar, como las pericias psicológicas de donde se extrae que no tengo mendacidad en mis relatos, que soy una persona positiva para mi hija, no así en las pericias que se realizaron sobre él", recordó con dolor e insistió en la mirada machista del sistema judicial al que describió como: "ideado para proteger más al agresor sexual en estos casos que a las víctimas: "vemos un entramado tan grave en esta situación donde la revictimización es constante hacia los niños, la criminalización hacia las mujeres sobre todo, y este modo de adoctrinar y de acallar, de dilatar las causas para que estos agresores sexuales lleguen con una impunidad total, o salgan sobreseídos en la mayoría de los casos. Casos que no llegan a juicio siquiera por la inoperancia del sistema"

"Queremos que la justicia nos devuelva la vida que nos quitó", concluyó  contundente Yanela.

El peligro del registro de obstructores de lazos Yanela Barrios recordó también, los intentos de avanzada por parte del Poder Legislativo, luego de que a principios de año se diera media sanción al polémico proyecto de creación de un Registro de Obstructores de Lazos, que en definitiva "viene a atacar y revictimizar a las infancias, esto atenta y vulnera los derechos de niños, niñas y adolescentes y por eso estamos en total oposición y desacuerdo", advirtió. Aseguró asimismo que el proyecto plantea un inexistente Síndrome de Alineación Parental (SA), que tuvo su origen en Estados Unidos en 1.985 y procura atacar las investigaciones de abusos sexuales a niños y niñas afirmando que las denuncias por estos delitos son solo expresiones infantiles inculcadas o elaboradas por sus madres para denigrar o acentuar la ruptura con sus ex maridos o ex parejas, con el argumento del "resentimiento".

Falso SAP

La defensora de Niñas, Niños y Adolescentes, Marisa Graham, advirtió en numerosas oportunidades por los riesgos de que el Poder Judicial utilice la figura conocida como el Síndrome de Alienación Parental (SAP), al tiempo que destacó los informes de organismos internacionales como la ONU que van en esta misma dirección. La reconocida abogada explicó que el SAP es un "falso síndrome" de alienación parental que quiere decir que la palabra de los niños y niñas que son víctimas de maltrato y abuso intrafamiliar alinea su discurso con el de un adulto. Graham señaló que es por este mismo motivo que no existe ninguna autoridad en el mundo, empezando por la OMS, que admita la alienación como un síndrome.

Convocatoria

De cara al juicio de su caso, que tiene fecha prevista para el 5 de octubre (luego de tres años de haber inicializado la causa), Yanela comentó: "empecé a capacitarme, empecé a exigir mis derechos, pero no es así en el común de las mamás de las víctimas"

Así es como el abrazo que Barrios brindó a cada una de las madres que exponen sus dolores, ahora la cubrirá, en las puertas de Ciudad Judicial, para pedir por una justicia con verdadera perspectiva de género, y abordaje en niñeces y adolescencias, conforme vienen insistiendo desde Madres Protectoras, en numerosos pedidos a la Corte.

Más persecuciones a madres

A principios de este año, se conoció el caso de una nena de seis años que relató que desde los dos sufrió abuso sexual por parte de su abuelo paterno. Los hechos sucedieron en La Rioja, donde la Justicia no dispuso medidas de prevención pese a las cinco denuncias presentadas por la madre de la menor. Luego de que ambas decidieran vivir en Buenos Aires, una orden judicial finalmente detuvo a la mujer y busca revincular a la nena con su padre, denunciado como partícipe necesario de los abusos. Arcoíris, es el nombre que se eligió para resguardar la identidad de la menor, es un caso emblemático "donde la mamá está detenida por querer proteger a su hija; entonces vemos a nivel nacional esto y en Salta es aún peor todavía la revictimización, las asesorías de menores que tendrían que estar para proteger al menor le dicen a esta mamá que tiene que revincular al menor con el agresor sexual", señaló Barrios.

 

 

 

 

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