Judiciales

Pericias informáticas o cuando el desafió de alcanzar lo distinto permite superarse

Esta especialidad de Informática Forense no tiene mucho tiempo de existencia, y la mejor muestra es que la ingeniera Beatriz Gallo fue la primera mujer en dedicarse y contar con este expertice.

Así, recuerda, “fui la primera graduada de una carrera de posgrado de la universidad FASTA de Mar del Plata que se denomina especialización en informática forense”.

El adelanto de ingeniería en informática a la de perito forense, la recuerda como un planteo personal desde el desafío de hacer algo distinto a lo que todos los informáticos realizaban “cuando todos los informáticos hacían, sistemas o aplicaciones para el área contable, o para los bancos, o ventas, yo me dije todos hacen eso, entonces me incliné a una maestría en administración de negocios”.

Ahí recuerda que le permitió un cambio de perspectiva, respecto a lo que son las empresas y la economía, en un mundo globalizado, “esto me permitió explayarme en otras actividades. Luego oportunamente y a sugerencia de un colega, por mi perfil detallista, empecé en el 2000 con estas pericias.

“En las primeras pericias, me fui encontrando con cada caso, que era un desafío y había que estudiar, técnicas para aplicar a sabiendas que lo que resultara debía guiar al juez, o abogado para sentencias, y comprendí la responsabilidad que nos cabe a los peritos de delitos informáticos y continué estudiando, finalizando con esta especialización en 2022”, sostuvo.

El contexto humano, una barrera a sortear en lo penal

Trabajar en el ámbito judicial cuando se viene de otras áreas supone un doble esfuerzo. Y para la ingeniera Beatríz Gallo, también fue así.

Entiende que en algunas profesiones esa cotidianeidad facilita el trabajo, “la actividad como perito informático, particularmente en las causas penales, hace que el trabajo sea diferente. Hay todo un contexto de angustia, incertidumbre, dolor, tristeza, pena, que rodea”.

Definió que los informáticos y técnicos si tienen que vencer esa barrera siendo un tema que se enfrenta continuamente. En un principio su trabajo fue en el Poder Judicial, como perito de oficio, estando inscripta y desde donde era sorteada mediante un registro.

Hoy trabaja de forma independiente, donde la valoración a la hora de pautar una pericia corre como acuerdo entre partes y no por la designación de honorarios por alguna autoridad. “Cuando el planteo del pago llega desde un tercero, hay cosas que no se tienen en cuenta, como la carga de trabajo que significa ser un perito informático”, dice Beatriz Gallo.

Define como casos difíciles técnicamente, algunos referidos a las de criptomonedas, “esto tiene que ver mucho con la economía digital y las finanzas, y este es un desafío. De allí que busco capacitarme, y convocar a colegas de otras especialidades como ingenieros electrónicos o en telecomunicaciones, cuando así la causa lo requiere, buscando siempre la verdad”.

 

 

 

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