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Pese a la inflación más baja en 4 años, remarcan la necesidad de políticas sostenibles

Tras el anuncio del INDEC sobre la inflación de enero de 2025, que se ubicó en un 2,2 %, el índice más bajo en más de cuatro años, el economista salteño Rolando Carrizo advirtió a Nuevo Diario sobre las desigualdades existentes y el desafío de consolidar la estabilidad económica.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó este jueves que la inflación de enero de 2025 fue del 2,2% respecto de diciembre, acumulando un 84,5% interanual. Este dato representa el índice de precios más bajo en cuatro años y medio, siendo necesario remontarse al 1,9% de julio de 2020, en plena cuarentena y con estrictos controles de precios, para encontrar una variación menor.

En diálogo con Nuevo Diario, el economista salteño Rolando Carrizo analizó en profundidad esta desaceleración, destacando el contexto y las políticas económicas que permitieron alcanzar estos resultados. “Haber pasado de un 25% mensual a un 2,2% mensual en el transcurso de aproximadamente un año es un gran logro”, afirmó Carrizo, resaltando la magnitud del descenso inflacionario. Sin embargo, advirtió: “Sigue siendo un índice alto todavía de inflación y que obviamente hay que ir corrigiéndolo y hay que ir disminuyéndolo en el mediano plazo”.

Un logro significativo, pero insuficiente

Carrizo contextualizó el dato señalando que la inflación en Argentina sigue siendo alta en términos históricos, aunque la tendencia a la baja es clara. “El camino correcto es que está bajando la inflación. Eso es lo que tenemos que leer y que cada vez esa inflación es menor, pero que sigue siendo alta”, explicó.

Para el economista, el descenso desde un 25% mensual a un 2,2% en solo un año marca un avance significativo en la lucha contra la inflación, pero no es suficiente. “Tener una inflación del 18% interanual, si lo medimos relativamente a lo que es el historial inflacionario de la Argentina, es un buen dato. Pero sigue siendo un índice alto todavía de inflación”, insistió Carrizo, subrayando que la estabilización de precios aún no se ha consolidado.

El analista económico fue enfático en cuanto a la necesidad de seguir bajando la inflación: “Tenemos que aspirar a que en el próximo año tal vez ya estemos dentro de un 5%, un 6%, un 4%, que sería una inflación normal y mucho más obviamente beneficiosa para la sociedad”. Según Carrizo, alcanzar estos niveles permitiría una recuperación más sostenible del poder adquisitivo y una mayor estabilidad económica.

“El gran trabajo ahora es bajar esos precios, que ya no es una cuestión de inflación, sino una cuestión de estructuras de mercado”, concluyó Carrizo, sintetizando el desafío económico que enfrenta Argentina.

Impacto desigual de la canasta

Carrizo advirtió sobre las diferencias en el impacto de la inflación en distintos sectores sociales y regiones del país. “Después hay realidades en distintas zonas, en distintos sectores sociales. No es lo mismo lo que consume una persona de clase media o una persona de clase alta o una persona de clase media-baja”, explicó, señalando que la inflación afecta de manera desigual según el poder adquisitivo y los patrones de consumo de cada grupo social.

En este sentido, Carrizo consideró la posibilidad de actualizar la canasta de bienes y servicios que mide el IPC para reflejar de manera más precisa el consumo actual. “Podemos obviamente actualizar la canasta de cómo está conformado por productos y servicios para la medición”, sostuvo. Sin embargo, advirtió que esta actualización no resolvería el problema de fondo: “Eso no va a implicar una mejora de la situación. Simplemente vamos a tener en cuenta otros bienes y servicios, pero en general no va a significar ningún beneficio en general”.

Desregulación y competitividad económica

Carrizo también destacó el rol de la desregulación económica en la estrategia antiinflacionaria del gobierno, liderada por el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger. “Todo lo que está, digamos, a cargo del Ministerio de Desregulación tiene que ir trabajando para que permita una desregulación de la economía y que muchos bienes y servicios que hoy, por cuestiones regulatorias, están todavía caros, empiecen a bajar”, explicó.

Según Carrizo, la desregulación no solo contribuirá a la baja de precios, sino que también mejorará la competitividad de la economía argentina: “Eso también va a ayudar a bajar el índice de inflación y, por supuesto, mejorar la competitividad de la economía y traer un beneficio a la sociedad”.

Políticas monetarias y fiscales

El análisis de Carrizo atribuye el descenso inflacionario a las políticas monetarias y fiscales del gobierno de Javier Milei, especialmente al enfoque en la devaluación escalonada. “Por eso está muy vinculado con el nivel de devaluación, por eso el tema de lo que habrán escuchado, lo que es el ‘crawl impact’, que es una forma de ir devaluando de manera escalonada y con una tendencia a la baja”, detalló el economista.

Según Carrizo, la estrategia del Banco Central ha sido clave al reducir el ritmo de depreciación del peso del 2% al 1% mensual. “Ahora pasa al 1%, entonces ahora el objetivo es el 1% y próximamente será a un nivel próximo a cero”, explicó, indicando que el gobierno apunta a estabilizar la inflación en torno al 1% mensual y, eventualmente, llegar a una inflación cercana a cero. “Hace un año que asumió el presidente Milei y se fue cortando todas las canillas de emisión monetaria. Entonces, esto es una política antiinflacionaria”, afirmó Carrizo, subrayando el impacto positivo de esta medida en la estabilización de precios.

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