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Petro busca hacer historia en Colombia como primer presidente de izquierda

Colombia por primera vez en su vida republicana, como país más conservador de América Latina, podría elegir este domingo a un presidente de izquierda. Gustavo Petro busca hacer historia. Su campaña sedujo a jóvenes, pobres y desilusionados de la derecha. Su vida está sacudida por serias amenazas de muerte.

Despertó a la vida política al ver llorar a su padre con la muerte del argentino 'Che' Guevara y militó en el grupo guerrillero M-19, pero ahora Gustavo Petro busca dar el mayor salto en su carrera: seducir a millones de electores para convertirse en el primer presidente de izquierda en Colombia.

El exalcalde de Bogotá y senador de 62 años convirtió sus humildes comienzos y su pasado revolucionario en un movimiento que ha atraído a jóvenes y pobres con su discurso de cambio.

Gustavo Petro, candidato de la izquierda en las elecciones presidenciales en Colombia.

Seis candidatos este domingo

Petro enfrentará el domingo a otros seis candidatos, entre los que se destacan el centroderechista Federico Gutiérrez y, el independiente Rodolfo Hernández, para definir quién será el reemplazo del presidente derechista Iván Duque.

El candidato del Pacto Histórico es el favorito en todas las encuestas y la fuerte posibilidad de que gane preocupa a muchos, en un país tradicionalmente conservador e históricamente gobernado por líderes de derecha o centroderecha.

Conocido por sus apasionados discursos en el Congreso contra la corrupción y los grupos paramilitares, Gustavo Petro -economista de profesión- dice que su despertar político empezó en 1967 cuando vio a su padre llorar viendo una fotografía del cuerpo sin vida del revolucionario argentino Ernesto 'Che' Guevara.

El político también recordó que se sintió conmovido por el asesinato del presidente socialista de Chile Salvador Allende. Fue entonces cuando se comprometió a luchar contra la 'oligarquía' que, según él, se enriqueció a costa de los pobres excluidos de las decisiones, la riqueza y el progreso.

Sus planes de cambiar el modelo económico de Colombia subiendo los impuestos a los dueños de grandes extensiones de tierras improductivas y de alejarse de la dependencia económica del petróleo y del carbón para dar paso a energías limpias, asustan a inversionistas y empresarios.

En una reciente intervención ante miles de seguidores llamó al carbón y al petróleo 'venenos' y los comparó con la cocaína por su poder nocivo.

La sombra del pasado

Aunque nunca combatió, lo persiguen sus años de militancia en el desaparecido grupo guerrillero M-19, que asaltó en 1985 el Palacio de Justicia en el centro de Bogotá, en un ataque que dejó casi un centenar de muertos.

El pasado violento del grupo rebelde se ha convertido en un fantasma con el que Gustavo Petro carga a cuestas y es usado por sus opositores para atacarlo.

Fue arrestado en 1985 por el ejército en posesión de armas y estuvo en una cárcel 18 meses, en los que asegura fue torturado por los militares.

Su elección en 2011 como alcalde de Bogotá, el segundo cargo más importante de Colombia después de la presidencia, se vio como una prueba de que la política era el camino a seguir por movimientos guerrilleros como las FARC, que finalmente se desmovilizaron en 2016 y formaron un partido político.

Su eventual victoria podría asegurar la continuidad en la implementación del acuerdo de paz que puso fin a cinco décadas de conflicto armado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Gustavo Petro promete que la cuarta economía de América Latina será inclusiva, con un sistema de banca pública que garantice crédito a bajo costo a pequeños y medianos empresarios, además de un sistema gratuito y universal de acceso a la educación terciaria.

Pero hacer realidad esas propuestas sería difícil con una economía débil, con una nueva generación de grupos ilegales armados dedicados al narcotráfico y miles de inmigrantes venezolanos buscando empleo, salud y educación.

Los críticos dicen que sus ideas son similares a las del difunto líder socialista venezolano Hugo Chávez. Petro niega que sus propuestas incluyan la expropiación.

Y aunque por primera vez en la historia la izquierda ganó alrededor de 50 de las 295 curules en el Senado y en la Cámara de Representantes, le sería difícil impulsar reformas a través del Congreso, aunque dice que buscará alianzas con el centro, la izquierda y movimientos minoritarios.

Petro, quien por tercera vez aspira a la presidencia, niega ser un populista como lo señalan sus críticos y dice que solo busca construir unos pilares que permitan vivir en paz.

Amenazas de muerte

Gustavo Petro realizó el tramo final de su campaña electoral bajo la sombra de una amenaza de magnicidio, que primero adjudicó a la banda criminal La Cordillera y, luego a un empresario con contactos con la campaña de su mayor rival, Federico Gutiérrez.

La credibilidad de la amenaza lo llevó a suspender una gira por el Eje Cafetero de Colombia y, casi una semana después, retomó los actos públicos en Cartagena, vistiendo un chaleco antibalas y rodeado de seis custodios con escudos antibala.

El gobierno de Duque ha sido muy criticado porque en todo momento subestimó las amenazas en un país con una triste historia de candidatos presidenciales asesinados: cinco en el siglo XX, la mayoría de ellos liberales.

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