El operativo que adquirió titulares a nivel nacional por la responsabilidad de una fuerza de seguridad y por la cantidad de droga se llevó adelante en un puesto de control habitual de Gendarmería Nacional.
Se pudo saber, de acuerdo a fuentes consultadas, de la investigación que se inició, que al momento de ser detenidos los efectivos de la Policía de la Provincia de Salta señalaron que tenían como objetivo final llegar a Salta para efectuar un service a la camioneta, perteneciente a la fuerza.
Sin embargo, el sargento ayudante que se encontraba en el control le señala al gendarme, que le solicite al móvil se corra hacia un costado, ya que estaba sobre la cinta asfáltica. Lo que hace suponer un control más exhaustivo.
Por lo tanto, les contestan desde la camioneta, que, si ellos estaban uniformados, era porque estaban de comisión para Salta. Ante la orden reiterada del personal de Gendarmería, se corren al costado, y cuando se acercan para abrir la puerta de atrás se escapa quien sigue prófugo.
Forcejea con el gendarme que se le atravesó y se escapa, lo siguen dos efectivos de la fuerza de seguridad nacional, mientras el policía que corría les iba disparando con su arma reglamentaria. Uno de los gendarmes se tira a los pies del policía, a modo de “tacle”, y logra hacerlo caer al piso. Sin embargo, en la persecución al efectivo de Gendarmería se le cayó el arma, lo que es aprovechado por el policía que escapaba, y en un movimiento, le apunta a la cabeza a quien lo perseguía y le dice que le disparaba.
Inclusive le llega a decir que se dé vuelta, pensando el gendarme que le disparaba, y fue cuando se escapó.
Por otra parte, el interrogante es cuan frecuente se realizaban estos “service”, si se tiene en cuenta que no es la primera vez que los policías aducen ese trámite.
Consultadas fuentes de esa fuerza de seguridad nacional parece que ese móvil pasaba bastante seguido por el lugar, siendo controlado en algunas oportunidades y en otras no, “ya les estaban desconfiando”. Por otra parte, y como la investigación en manos de la jueza federal de Tartagal, se inició con este operativo, es de suponer que podría haber otros implicados que no estaban entre los tres que viajaban en esta oportunidad.
Estas son suposiciones teniendo en cuenta que todo recién se inicia.
Desde la Policía de Salta, dijeron que pondrán todo a disposición de la justicia para llegar a todos los estamentros que pudieren están implicados. Los dos detenidos son el Of. subayudante Bravo y el agente Palacios, el prófugo es Franco Pérez.
Zipi descubrió la droga que era trasladada en el móvil de la Policía.
Zipi ayudó en el cargamento
El perro de la Fuerza “Zipi”, fue quien reaccionó ante la posible existencia de estupefaciente en la parte trasera de una Toyota Hilux.
El vehículo estaba acondicionado para el traslado de detenidos.
Tras realizar la apertura de la misma, hallaron la droga acondicionada en paquetes rectangulares amarillos.
Hay dos detenidos y un prófugo que cubrió su huida con disparos.
Esto detalla el parte oficial de la Gendarmería Nacional desde prensa.
Personal de la Sección “Control de Ruta 34” en conjunto con miembros de la Sección Investigación Antidrogas, dependientes del Escuadrón 54 “Aguaray”, realizaban un control vial sobre la Ruta Nacional Nº 34, a la altura del kilómetro 1.466, detuvieron la marcha de un vehículo oficial acondicionado para el traslado de detenidos, conducido por un hombre mayor de edad acompañado de otro ciudadano.
Se encontraron 400 paquetes de plásticos color amarillo cuyas pruebas de campo determinaron la existencia de “Clorhidrato de cocaína” con un peso total de 420 kilogramos.
La jueza de Tartagal interviniente dispuso la detención de dos ciudadanos en carácter de incomunicados y el secuestro de la droga, del rodado y demás elementos de interés para la causa, en infracción a la ley 23.737 de “Estupefacientes”.
El precio de la droga de costo en Bolivia, por el total, alcanzaría los 700 mil dólares.
En estos últimos tiempos la mayoría de la droga que se encuentra en Bolivia corresponde a producciones del sur del Perú.
No sorprende a los fiscales la aparición del sello ya que es habitual que todos los panes ahora lleven el delfín.