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Polémica en el Reino Unido: Starmer cede Chagos a Mauricio

Polémica en el Reino Unido se encuentra en el centro de una tormenta política tras su decisión de devolver la soberanía del archipiélago de Chagos a la isla Mauricio.

El primer ministro británico, Sir Keir Starmer, se encuentra en el centro de una tormenta política tras su decisión de devolver la soberanía del archipiélago de Chagos a la isla Mauricio. La medida ha provocado una reacción furiosa por parte de los conservadores y la extrema derecha, quienes consideran que esta decisión sentará un peligroso precedente.

Grant Shapps, exsecretario de Defensa, calificó la decisión de “absolutamente atroz” y denunció que renunciar a Chagos crea un precedente para otras bases británicas. “Es un acto débil y profundamente lamentable de este gobierno”, afirmó. Robert Jenrick, otro de los líderes conservadores, describió la medida como una “capitulación” de la soberanía británica.

La extrema derecha también se unió a las críticas. Nigel Farage, líder del partido euroescéptico Reform UK, consideró la devolución de Chagos como un “desastre estratégico”, advirtiendo que podría enfurecer a Estados Unidos y beneficiar a China. “El Laborismo está convirtiendo el mundo en un sitio más peligroso”, sentenció Farage.

Un acuerdo diplomático con respaldo internacional

A pesar de las críticas internas, la decisión de Starmer ha sido recibida positivamente en el ámbito internacional. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, celebró el acuerdo, afirmando que es una “clara demostración de que la diplomacia puede superar desafíos históricos”. El acuerdo permite al Reino Unido conservar la base militar en Diego García, que comparte con Washington, por los próximos 99 años.

La base en Diego García tiene una importancia estratégica clave debido a su ubicación en el océano Índico, entre Europa, India y China. Biden subrayó el papel esencial de esta instalación para la seguridad nacional, regional y mundial.

Un desafío legal

El Reino Unido se vio obligado a negociar con Mauricio después de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) declarara en 2019 que la ocupación británica del archipiélago era “ilícita”. Además, la Asamblea General de la ONU exigió la devolución de Chagos a Mauricio, lo que puso al gobierno británico bajo una intensa presión jurídica.

Jonathan Powell, exjefe de Gabinete de Tony Blair, defendió la decisión de Starmer, señalando que la negociación con Mauricio comenzó bajo el mandato del partido conservador, con James Cleverly en el cargo de secretario de Relaciones Exteriores. Powell calificó las críticas actuales como “ridículas” y atribuyó las quejas a la desesperación de los conservadores por recuperar poder tras 12 años de gobierno.

Críticas y problemas internos

El gobierno de Starmer no solo enfrenta este desafío internacional, sino también una caída en su popularidad interna. Según una encuesta reciente, solo el 24% de los votantes aprueba su gestión, en gran parte debido a las polémicas decisiones económicas, como la reducción de ayudas a los jubilados. Además, Starmer ha sido acusado de aceptar regalos por valor de más de 100.000 libras esterlinas, lo que ha generado una nueva polémica.

A solo tres meses de su mandato, Starmer se enfrenta a un panorama político complicado, con la oposición decidida a aprovechar cualquier error para cuestionar su liderazgo.

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