Por peculado condenaron a Carlos Villalba a dos años de prisión condicional e inhabilitación

Los jueces de la Sala I del Tribunal de Juicio de Tartagal Soledad Rodríguez, Ricardo Martoccia y Reinaldo Burgos condenaron al exintendente de Salvador Mazza Carlos Villalba como autor del delito de peculado.
Le impusieron la pena de dos años de prisión de ejecución condicional e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Deberá cumplir reglas de conducta.
La causa inició cuando miembros del Concejo Deliberante de Salvador Maza denunciaron a Villalba por la administración de los fondos públicos durante su mandato. La Auditoría General de la Provincia también encontró defectos en el manejo de la economía del estado municipal.
El juicio fue llevado adelante por el fiscal penal 1 de Tartagal, Pablo Cabot, quien representó al Ministerio Público Fiscal. Durante los alegatos, el fiscal había solicitado una pena de 4 años de prisión de cumplimiento efectivo, por considerar acreditada la malversación de fondos públicos durante la gestión de Villalba al frente del municipio.
La audiencia, que había sido interrumpida por la falta de dos testigos claves, se reanudó este viernes con la declaración de ambos. Luego, se dio paso a los alegatos finales, donde el fiscal reafirmó la acusación.
Villalba ocupaba el cargo de intendente de Salvador Mazza y fue denunciado por el Concejo Deliberante de esa localidad debido a irregularidades detectadas en el manejo administrativo y financiero de los fondos públicos durante su gestión.
Cabe destacar que la Auditoría General de la Provincia evaluó la gestión de Villalba y, tras revisar los ejercicios financieros, señaló numerosas fallas en la administración y el manejo de los fondos municipales.
Villalba resultó absuelto por falta de pruebas del delito de trata de personas. Un hombre y dos mujeres, que administraban bares donde se ofrecían servicios sexuales, recibieron penas de hasta 5 años y 6 meses de prisión por facilitar la prostitución de mujeres en estado de vulnerabilidad y aprovecharse económicamente de esa situación.