Preocupación en Vaca Muerta por el origen de las arenas de sílice
La industria petrolera está en alerta por el origen de un insumo básico para el desarrollo de Vaca Muerta: la arena.
El problema deriva de que las empresas tienen compromisos de "compliance" con las contratistas, hecho que las obliga a verificar que las mismas no incumplan con normativas vigentes.
Las petroleras requieren arenas de sílice para el proceso de fracking, técnica que utilizan las operadoras de la cuenca. Este insumo proviene en su mayoría de Entre Ríos y Chubut y en menor medida de Río Negro y cuenta con la dureza y tamaño que se requieren para poder perforar y abrir los canales en la roca madre para dar el paso de los hidrocarburos.
El proceso sólo es posible con ese tipo especial de arena, por lo que de no cumplir con ese requisito la firma será responsable de la infracción.
La clausura de las areneras de Ibicuy y Gualeguaychú, en la provincia de Entre Ríos, a mediados de octubre por orden del Juzgado Federal Hernán Viri, tras las denuncias realizadas por la Cooperativa de Agua Potable y su representante legal, Ricardo Luciano, preocupó a algunas petroleras ya que deben tener recaudos a la hora de definir sus proveedores en función del encuadre legal.
Según Luciano, el daño ambiental se comprobó porque el sedimento está contaminando el agua dulce al modificarse el curso del río. “Estamos hablando de la salud de la población de Islas del Ibicuy” afirmó el letrado, y explicó que a partir de estudios se detectó, a raíz de la operación de las areneras en la zona, un aumento de los niveles de hierro en el agua que consume la población.
Como si fuera poco las firmas denunciadas están siendo investigadas por lavados de activos.
Se estima que Vaca Muerta consumirá 8 millones de toneladas de arena al año de las cuales el 80% es provista por empresas ubicadas en Entre Ríos que hoy está entregando 2 millones de ese total.
Los datos son claros, muestran la importancia de uno de los recursos clave para la explotación y la necesidad concreta de las petroleras que buscan, en un escenario de crisis energética mundial producto de la guerra entre Rusia y Ucrania, incrementar lo antes posible la producción de una de las principales formaciones geológicas de shale del mundo.