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Procesan a exsubcomisario en Uruguay por el crimen de “los vinos envenenados”

El exsubcomisario Ricardo Zabala, de 74 años, fue procesado con prisión por su participación en el asesinato de Cecilia Fontana de Heber.

Conocido como el caso de “los vinos envenenados”, este crimen marcó uno de los episodios más siniestros de ese período. En septiembre de 1978, tres botellas de vino fueron enviadas a opositores del régimen: Luis Alberto Lacalle Herrera (futuro presidente de Uruguay entre 1990 y 1995), Carlos Julio Pereyra y Mario Heber, esposo de la víctima. Sin embargo, solo Cecilia Fontana bebió del vino adulterado con insecticida, lo que provocó su muerte inmediata.

El asesinato fue investigado de manera irregular en su momento, y las primeras pesquisas no arrojaron resultados concretos. Tras varios intentos fallidos para esclarecer el crimen, la reciente decisión judicial representa un avance en la búsqueda de justicia tanto para la familia Heber como para la sociedad uruguaya.

Evidencias clave y el rol de Zabala

La huella dactilar de Zabala en una de las botellas resultó decisiva para el fallo. Según el fiscal Ricardo Perciballe, especialista en delitos de lesa humanidad, esto demuestra que Zabala manipuló las botellas antes del atentado, ya que nunca pasaron por la Dirección de Narcóticos, donde él trabajaba.

El exsubcomisario formaba parte de un grupo dentro de las Fuerzas Conjuntas, que reunía a militares y policías responsables de violaciones sistemáticas de derechos humanos. La investigación también involucró a militares como Amauri Prantl y José Gavazzo, ambos fallecidos, quienes junto a Zabala integraban un complot para eliminar a líderes opositores y mantener el control del régimen.

Reacciones de la familia Heber y nuevas revelaciones

Javier Barrios Bove, abogado de la familia Heber, expresó en redes sociales:

Por su parte, Fernando Heber, hijo de Cecilia, también manifestó su alivio:

“A mis viejos, más de 40 años después, les dimos algo de paz con verdad y justicia. Sus hijos, nietos y bisnietos agradecemos vivir en la libertad por la que ellos dieron la vida”.

Un largo camino hacia la justicia

Desde la dictadura, hubo intentos frustrados de resolver el caso. En 1985, el Senado reabrió la investigación, pero fue archivada en 1988. Más tarde, en 2006, se volvió a revisar por iniciativa de Carlos Julio Pereyra, pero nuevamente se cerró en 2017 por falta de pruebas concluyentes.

La causa fue reabierta en 2020 gracias a nuevas técnicas periciales y documentos desclasificados, a pedido de Luis Alberto Heber, hijo de la víctima y actual senador. En diciembre de 2023, el fiscal Perciballe solicitó el procesamiento de Zabala, considerando su papel clave en el atentado.

Un crimen que pudo ser aún más letal

El atentado no solo buscaba eliminar a Mario Heber, sino también a Lacalle Herrera y Pereyra. De haber bebido las botellas adulteradas, ellos y quienes compartieran el vino habrían corrido la misma suerte que Cecilia Fontana.

El procesamiento de Zabala se dictó bajo el viejo Código del Proceso Penal, vigente antes de 2017. Aunque el acusado alegó problemas de salud para evitar la audiencia, la jueza Urioste le otorgó prisión domiciliaria con tobillera electrónica, a la espera de una evaluación médica que podría modificar esta medida.

Un proceso que continúa

Pese al avance logrado con el procesamiento de Zabala, Perciballe subrayó que la investigación debe continuar, ya que todavía quedan responsables vivos y posibles implicaciones de civiles.

Fuente: Infobae

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