Interés general

Proyecto en comunidades originarias ya muestra resultados alentadores

Recuperación Verde es un proyecto que potencia actividades económicas en comunidades originarias de Salta y Jujuy.

Surgido en medio de las restricciones impuestas por el Covid en el 2021, el proyecto Recuperación Verde diseñado por tres organizaciones sociales, consiguió en tres años potenciar, diversificar e incrementar la producción de actividades económicas que se practican ancestralmente en Salta y Jujuy.

Fundación Pronorte, la Asociación Cultural para el Desarrollo Integral (ACDI), y la Cooperativa COOPSOL, diseñaron un proyecto que obtuvo financiación de la Unión Europea, para aprovechar las actividades económicas que se practican en el chaco salteño y el norte jujeño, y que luego de tres años muestra resultados alentadores.

En base a la experiencia que tenían las organizaciones que coordinan Recuperación Verde, apuntaron a desarrollar la cría de ganado menor, la apicultura y las industrias culturales como los motores de la reactivación económica.

En paralelo ampliaron la convocatoria a organismos gubernamentales y ONGs para involucrar más actores que apuntalen el proyecto en base a la gestión de más recursos o la experiencia en terreno, así fue que ingresaron los gobiernos de Salta y Jujuy y otras asociaciones como la red Gran Chaco.

Cría de ganado

La implementación de la cría de ganado menor se concentró en las cabras para el territorio del chaco salteño y los cerdos en la localidad jujeña de Vinalito.

En ambos casos ya eran actividades que ejecutaban esas comunidades, pero a baja escala, con una comercialización acotada y para determinadas fechas.

Aquí fue importante el aporte de ACDI, que llegó con la experiencia previa de haber montado Pastoras del Monte, un exitoso modelo de producción Caprina con enfoque de género en las provincias de Tucumán y Santiago del Estero.

Además de capacitaciones constantes, asesoramiento y nuevas herramientas de comercialización, especialmente relacionadas con las tecnologías de comunicación, se ejecutaron mejoras en la infraestructura, como una sala de Faena en Salta o los corrales conocidos como túneles de viento en los emprendimientos porcinos.

Otra novedad fue que diversificaron la producción con quesos, dulce de leche y jabones, cuya elaboración es de baja complejidad y tienen un mercado con amplia demanda.

Los técnicos que participaron del proyecto también cumplieron un importante papel en la reubicación dispuesta por la Corte Interamericana de los criollos que habitaban los lotes fiscales 55 y 14, ya que se vieron obligados a cambiar su sistema de producción.

La miel de género

La apicultura también era una actividad que tenía cierta continuidad en la zona chaqueña, pero que era llevada adelante casi exclusivamente por hombres, por lo que reducir esa brecha de género, uno de los objetivos propuestos en el proyecto, fue uno de los desafíos que debieron encarar los técnicos. En toda la cadena de producción fue fundamental el aporte de COOPSOL, una cooperativa de pequeños productores apícolas que exporta más de 200 toneladas de mieles orgánicas. A medida que se iban instalando colmenas y apiarios se hacían estudios técnicos de las propiedades de la miel, un hito, porque descubrieron que la miel de Atamisqui y Palo Santo reduce la absorción de lípidos y de polisacáridos cuando se consumen antes de las comidas.

 

 

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