Puso a la venta en Facebook objetos robados; el dueño los vio y lo denunció
En un juicio llevado a cabo en la Sala IV, Walter Ramiro Lazarte (33), alias Chalo, fue condenado a la pena de tres años de prisión efectiva por resultar autor del delito de encubrimiento agravado.
El imputado fue declarado reincidente por segunda vez y se ordenó que permanezca detenido a disposición del tribunal.
En el mismo fallo, la jueza interina Mónica Faber absolvió a Walter Ramiro Lazarte del delito de robo calificado por escalamiento, por aplicación del beneficio de la duda.
En el juicio también resultó absuelta Nadia Martina Sánchez (31) del delito de encubrimiento agravado, por el principio de la duda.
Lazarte fue condenado en relación a un robo ocurrido en octubre del año pasado en barrio Don Santiago. El damnificado salió de su domicilio por la mañana y, al regresar alrededor de las 14, se dio con la novedad de que intrusos le habían sustraído varios objetos luego de escalar la tapia y forzar la puerta del fondo.
Posteriormente, el denunciante vio en Facebook una publicación donde ofrecían a la venta una amoladora y un taladro que reconoció como propios. Pactó una cita con los vendedores y su pareja acudió acompañada por un efectivo policial que procedió a la demora de Lazarte y Sánchez.
Robaron una iglesia
Un hombre de 28 años y otro de 27 cumplirán la pena de dos meses de prisión efectiva por haber cometido el delito de robo simple. Además, fueron declarados reincidentes por segunda vez atento a los antecedentes condenatorios que registraban en sus correspondientes prontuarios.
El denunciante se desempeña como encargado en la Iglesia "Ministerio Iglesia Apostólica Internacional". Contó que se enteró por su suegra que personas desconocidas habían ingresado al lugar rompiendo la puerta de ingreso y sustrajeron, entre otras cosas, veinte sillas de plástico. Dijo que por comentarios de los vecinos se enteró que los autores serían un tal "Huesito" y un tal "Mono".
Ese mismo día, el hombre se enteró que la policía estaba realizando una investigación, por lo que concurrió nuevamente a la subcomisaría de Villa Lavalle, donde amplió la denuncia. Allí reconoció trece de las sillas que habían sido sustraídas, y agregó que se habían llevado también varios cuadernos de alabanzas y cuaderno de control de la ofrenda.