
Una de las personas imputadas en el fuero provincial declaró como colaboradora en la causa y señaló que recibía drogas (como éxtasis y LSD) por parte de J.J.T.Y., a través de encomiendas remitidas por una empresa de transporte que le enviaba desde Córdoba.
Tras el inicio del caso en el fuero federal, debido a que la producción de estupefacientes es una infracción a la ley 23.737 cuya investigación corresponde al MPF de la Nación, la Unidad Fiscal llevó adelante una serie de medidas para identificar a la persona señalada. En ese sentido, se le dio intervención a la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) y a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).
“Hay una red interjurisdiccional que trafica drogas sintéticas, estupefacientes que tienen alta capacidad tóxica y hay un despliegue de dinero y transferencias”, indicó la auxiliar fiscal en la audiencia de formalización de la investigación y de control de detención, realizada el viernes pasado.
Explicó entonces que durante las tareas investigativas se identificó a J.J.T.Y., que habría realizado una encomienda desde la Terminal de Ómnibus de Córdoba que habría sido retirada en Jujuy por J.J.V.
Luego de que se profundizara la investigación y se solicitara el levantamiento del secreto fiscal, bancario y bursátil de ambos, se observaron diversas transferencias de dinero a la cuenta de Vásquez, que luego eran enviadas de forma inmediata a J.J.T.Y. Según señaló el MPF, J.J.V. no registra ningún tipo de trabajo y la única actividad que se le observó llevar adelante fue la venta de estupefacientes, a través de la modalidad conocida como “pasamano”.