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Reino Unido suspende licencias de exportación de armas a Israel

Reino Unido suspende licencias de exportación de armas a Israel y la medida busca presionar a Israel para que termine el conflicto en Gaza.

El gobierno británico, encabezado por el primer ministro Keir Starmer, anunció el lunes la suspensión de 30 licencias de exportación de armas a Israel. Esta decisión, motivada por preocupaciones sobre posibles violaciones del derecho internacional humanitario, afecta a una parte significativa de las exportaciones británicas a Israel.

El ministro de Relaciones Exteriores, David Lammy, explicó que el gobierno británico identificó un “riesgo claro” de que algunos armamentos pudieran utilizarse para “cometer o facilitar una grave violación del derecho internacional humanitario” en Gaza.

Lammy aclaró que esta medida no implica un embargo total de armas ni una determinación de culpabilidad o inocencia sobre Israel. “No hemos arbitrado ni podemos arbitrar sobre si Israel ha violado o no el derecho humanitario”, indicó. Lammy reiteró el apoyo del Reino Unido a Israel en su derecho a la defensa.

El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, expresó su decepción por la medida a través de la red social X. “Estoy profundamente decepcionado al enterarme de las sanciones impuestas por el gobierno del Reino Unido a las licencias de exportación al sistema de defensa de Israel”, declaró Gallant.

Aunque las exportaciones británicas a Israel son menores en comparación con otros países como Estados Unidos y Alemania, esta suspensión representa un golpe diplomático significativo para el gobierno de Benjamin Netanyahu.

La decisión se enmarca en un contexto de creciente presión internacional sobre Israel debido al conflicto en Gaza, que ha resultado en la muerte de más de 40.000 palestinos, según el Ministerio de Salud en Gaza.

Sobre el conflicto y Reino Unido

El conflicto estalló el 7 de octubre tras un ataque de milicianos de Hamas, que dejó aproximadamente 1.200 muertos en Israel y 250 rehenes. En Gaza, aún quedan unos 100 rehenes, de los cuales se cree que un tercio ha fallecido.

La decisión británica tiene un impacto simbólico considerable, dado que el Reino Unido es uno de los aliados más cercanos de Israel.

La medida se produce en un momento en que el gobierno laborista de Starmer enfrenta presión tanto interna como externa para adoptar una postura más firme en el conflicto. En contraste con su predecesor conservador, Starmer ha restablecido la financiación para la agencia de ayuda palestina UNRWA y no ha intervenido en la solicitud de la Corte Penal Internacional para un arresto contra Netanyahu.

Sacha Deshmukh, director para el Reino Unido de Amnistía Internacional, comentó que la suspensión de las licencias es “demasiado limitada y está llena de fisuras”, aunque reconoció que refleja una aceptación de pruebas claras de crímenes de guerra en Gaza.

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