Renunció Miguel Elías, director del Ballet de la Provincia y dio sus razones
“No me tenía la condiciones mínimas para seguir adelante”, dijo hoy en exclusiva a Nuevo Diario el Director Artístico del Ballet de la Provincia maestro Miguel Ángel Elías, sobre su renuncia y detalló las razones de su salida.
Su dimisión, presentada el lunes 31 de julio, sorprendió al ámbito oficial de la Secretaría de Cultura. El maestro sostuvo que le cerraron las puertas hace tiempo. No le atendían sus pedidos elementales, ni las solicitudes de reuniones en todas las instancias del Gobierno, partiendo del despacho del Secretario de Cultura, Diego Ashur.
El concurso para convocar a un nuevo director está prácticamente suspendido y ahora se tendrá que reactivar. Se supo que estaba previsto para mayo pero se postergó ya dos veces.
Este medio entrevistó al maestro Elias para saber las razones de su salida del Ballet Provincial, cuerpo estable que ahora queda acéfalo y con destino incierto. Sin una cúpula directiva no podrá cumplir con lo que resta de su programación anual.
La semana pasada el maestro Elías hizo su última presentación al frente del Ballet con tres obras y tuvo una concurrencia de poco más de la mitad de la sala del Teatro Provincial.
Nuevo Diario lo entrevistó por esa presentación y entre los detalles que dio sobre la puesta en escena ya se le denotó cierta disconformidad sobre las necesidades mínimas para seguir adelante. Se había propuesto hacer esa función y esta semana iba a ver cómo seguir.
No obstante, el pasado lunes 31 de julio elevó su sorpresiva renuncia al Secretario de Cultura, quien recién frente a la medida adoptada, lo llamó a la reunión que le había sido esquivada tiempo antes.
“No hubo un hecho puntual lo que precipitó su dimisión”, dijo hoy el maestro Miguel Elías a Nuevo Diario. “Fue una suma de situaciones. Lo venía evaluando hace tiempo. Esperé que se modificaran ciertas condiciones para el ballet sin resultado. Hice una serie de pedidos mínimos y gestioné reuniones sin resultados”, aseveró.
No fue recibido por el secretario Diego Ashur, el ministro Matías Cánepa ni el Gobernador Gustavo Sáenz. Sus peticiones no eran otras que un presupuesto mínimo para las obras programadas, para el funcionamiento del Ballet y para que se cubran los cargos de subdirectora y maestra preparadora.
“Mi objetivo era cumplir con una gestión mínimamente razonable a las necesidades que tenía el ballet, pero lamentablemente no se concretó y me pareció que era el momento de alejarme”, aseveró.
Una gestión cuesta arriba
“Tras conocer mi renuncia, recién fui recibido por Diego Ashur. Le expresé que se le hacía muy cuesta arriba tener una comunicación sobre sus gestiones. Siento que él Secretario también está como aprisionado en esa carencia que no puede resolver y no había una salida posible o factible para una compañía que necesita tener un mínimo de asistencia que no tiene”, sentenció.
Consultado sobre por qué no lo recibió antes, sostuvo que quizás estaba ocupado o consideró que no era una urgencia. “En la conversación posterior a mi renuncia convenimos que yo hasta trabajare hasta la próxima semana para cerrar los temas administrativos y todo en orden”, indicó.
En su visión sobre las carencias económicas para afrontar su trabajo consideró que se trata de una situación que ya conocemos todos, y que no escapa a la generalidad de la regla en todos los ámbitos.
Sin los objetivos mínimos
“Al asumir hace dos años yo fui consciente que surgirían algunas necesidades que se iban a ir solucionando con tiempo, pero lamentablemente no sé si por la burocracia o vaya a saber qué, no se pudo llevar adelante. Hay muchas compañías en el país que estaban pasando necesidades, pero las autoridades tienen que tomar una decisión sobre cómo se va a sostener una ballet oficial y cómo cumplir con los objetivos mínimos”, expresó.
En cuanto si vio que hay algunas inequidades sobre el manejo entre los tres cuerpos estables, consideró que está bien que la Orquesta Sinfónica haga lo que tenga que hacer, pero hay una programación que no se está pudiendo cumplir.
“No creo que sea una animosidad contra el ballet, pero el Gobierno tiene que pensar cómo resolver o llevar adelante la programación que estaba diseñada a fines del año pasado. Nosotros siempre tratamos de mantener las fechas, de estar presentes; hicimos espectáculos de calidad, pero los procedimientos no eran acordes, lo hicimos con muchas colaboraciones, con ayuda de profesionales, de gente que quiere aportar, y no se puede seguir así. Me parece que un ballet necesita tener su propia forma de sustentarse”, explicó.
“No era sostenible de la forma que veníamos trabajando, la posibilidad de llevar adelante lo mínimo del repertorio de las obras programada hasta fin de año se hizo inviable”, consideró.
Remarcó que el objetivo la compañía es llegar a toda la provincia, ir al interior pero era algo muy costoso. En estos dos años no pudieron lograr llegar al interior ni una vez, pese a las invitaciones, incluso desde otras provincias. Ni con la compañía completa, ni con un pequeño formato. “Me parece que hay que programar y pensar cumplir con algo dentro de lo razonable dente de las restricciones económicas que todos sabemos”, agregó.
Como mensaje final sobre lo que le espera al Ballet de la Provincia Elias manifestó que “hay que hacerse la pregunta qué ballet queremos para la Provincia de Salta, y en base a eso buscar la modalidad, la dirección adecuada”, concluyó.