Representando a más de 85 mil peregrinos, Damiana habló por todos
“Yo soy un triste peregrino que estoy caminando año tras año, por eso es que muchos hermanos me conocen y muchos que no. Pero la mayoría de los que me conocen no sé si es por mi voz o por mi mala parada o por mi triste opinación, pero yo soy una agradecida en todo momento”.
Con estas palabras comenzó Damiana, de 80 años, a hablar en el atrio cuando la presentaron por su alegría y agradecimiento constante a Dios.
Así, recordó que cuando hace décadas atrás comenzó a caminar eran pocos, mientras que hoy son miles que llegan con familias completas y gente que llega desde otros puntos.
“Hoy recordamos a esos buenos hermanos que iniciaron y dejaron esos buenos recuerdos como una semillita y esa semillita creció y creció. No hay mal año para esa semilla que dejaron esos hermanos, gracias a ellos hasta hoy estoy presente con multitud de hermanos. Pero yo soy agradecida, no me queda nada más que agradecerles”, dijo.
También tuvo palabras de agradecimiento para los pastores espirituales: “a nuestro Santo Papa, al Obispo, Sacerdotes, Diáconos, Madres Misioneras, animadores de oración, animadores de grupo… ¡cuántas cosas en la parte espiritual que hay que agradecer! Yo les traigo este pensamiento, no sé si pienso bien o mal, sólo sabe Dios Padre que está allá. Mi único pensamiento es ser agradecidos con el Señor y la Virgen del Milagro que me están permitiendo estar llegando a los 24 años de caminata”.
“Se me van muchas cosas por la edad, porque ya voy cerca de los 80, muchos puntos se me van, pero todavía tengo el ánimo de ponerme al frente de miles de hermanos, sobre eso yo no tengo problema, porque todos somos hijos de Dios, hijos de un solo Padre y de una sola Madre y ahora estamos con ellos. Cada año ellos me están atrayendo. Monseñor Padre Bernacki me conoció en aquellos años, cuando yo no podía caminar, y me decía a mí misma que este año no iba a poder. Pero me trajo el Señor y la Virgen y en el camino nos conocimos por la gracia de Dios con el hermano Bernacki y él me trajo de la mano como ustedes habrán visto en la procesión que me saca del fondo. Ese ha sido el último remedio, la triste parada la tengo. Esa es mi fe, ese es el amor que yo le tengo a Dios Padre que nos ha enviado al Señor Jesús y que ahora lo vemos en el Cristo Crucificado, nuestro Salvador y a nuestra Madre, la Virgen María. Por eso soy una agradecida desde el punto espiritual. Después en lo material y en muchas cosas comunes. Muchas palabras más no tengo, más que ser agradecida. Que el Señor y la Virgen del Milagro los bendiga y bendiga todo”.
Damiana fue apoyo físico de monseñor Dante Bernackie reconocido por él mismo.