Salta entre las provincias donde crecen los trabajadores de la economía popular
De acuerdo a datos de los ministerios de Trabajo y Desarrollo Social de la Nación, Salta se encuentra en el quinto lugar con mayor número de habitantes que viven de actividades encuadradas en la economía popular respecto a los registrados en el sector privado.
Le anteceden Formosa, Santiago del Estero, Chaco, Jujuy y le siguen Misiones, Catamarca, Tucumán y La Rioja.
El Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular (Renatep) ya superó los 3 millones de inscriptos en todo el país. Hasta mediados de febrero último, el Renatep lleva inscriptas 3.039.620 personas en el marco de un proceso inaugurado en plena pandemia por el Gobierno para formalizar las tareas que realiza un tercio de la población económicamente activa, según datos de la Dirección de Economía Social del Ministerio que encabeza Juan Zabaleta.
En Salta y en ocho distritos más, personas de entre 18 y 65 años viven de actividades encuadradas en la economía popular sobrepasando abruptamente a aquellos que están inscriptos en el sector privado.
A partir de los informes del Renatep, la economía popular ocupa al 34% de los habitantes activos (3.039.620 personas) y el 65,9% restante responde a la actividad privada.
Se estima que casi ocho de los 21 millones de argentinos encuadrados en la población económicamente activa se desempeña en ese "circuito económico subterráneo" con saberes populares que "deben ser puestos en valor".
En el total país, casi el 11% (10,8%) de los trabajadores de entre 18 y 65 años están anotados en el registro oficial de la economía popular.
Al igual que en el corte realizado en agosto pasado, la foto actual del Renatep muestra que las mujeres siguen liderando la economía popular, con casi el 58% de las inscripciones, en un panorama global en el que los oficios, los servicios personales y los sociocomunitarios concentran el 62,4% de las ocupaciones.
Esas ramas de actividad incluyen a quienes desarrollan tareas de limpieza, en talleres mecánicos, peluquerías, comedores barriales, a los promotores de la salud, informáticos, cuidadores de personas y lustrabotas, entre muchos otros oficios.
El comercio popular, las ferias y el trabajo en el espacio público son patas centrales de esta economía informal, con fuerte arraigo en los barrios más organizados.
"Hay que ayudar a legitimar esa producción, que accedan a las herramientas que certifiquen que eso se puede consumir, que es seguro, que es sano; no es sólo propaganda lo que se necesita sino también acceso a registros y certificados que, con el tiempo, permitan aumentar esa producción", declaró Sonia Lombardo, directora del Registro Nacional de Efectores Sociales del Ministerio y entendió que, de esa manera, también se transforma algo del "orden simbólico y cultural".