
La esquina de Caseros y Buenos Aires —justo frente a Plaza 9 de Julio— se transformó en el escenario de un homenaje cargado de música, emoción y memoria.
Allí, donde una escultura recuerda al maestro, artistas y vecinos se reunieron para celebrar el legado de Gustavo “Cuchi” Leguizamón, a 25 años de su fallecimiento ocurrido el 27 de septiembre del año 2000.
El evento, organizado por la Agencia Cultura Activa de la Municipalidad de Salta, fue conducido por el locutor Oscar Humacata y contó con la destacada participación de artistas como Magui Soria, Ana Issa, Lombardo Proyect, Juan Carlos Marín, Mario Salim, Milagros Boso Galli y Carlos Fernando Vargas, acompañados por la Banda Municipal “25 de Mayo”, que ofreció un repertorio especial en su honor.
“Fue una noche espléndida, con turistas y vecinos que se acercaron a esta esquina emblemática. Muy contentos de poder acompañar a nuestra querida Banda Municipal y a grandes artistas locales”, expresó Marcela Medrano, subsecretaria de la Agencia de Cultura Activa.
El tributo coincidió también con el que hubiera sido el cumpleaños número 108 del Cuchi, nacido el 29 de septiembre de 1917, una figura que dejó una huella imborrable en la cultura popular argentina.
Músico, compositor, poeta, abogado y docente, Gustavo Leguizamón fue uno de los pilares del llamado “Nuevo Cancionero”, corriente que renovó profundamente la música folclórica en los años ‘60.
Junto a poetas como Manuel J. Castilla, con quien compuso más de 50 canciones, dio forma a un repertorio que combina raíces tradicionales con una sensibilidad urbana, irónica y profundamente humana. Obras como La Pomeña, Balderrama, Zamba del pañuelo y Zamba de Lozano se han convertido en clásicos de la música argentina.
“Fue una noche de lujo por los intérpretes que subieron a este escenario especialmente montado para la ocasión, en una esquina que es un emblema paisajístico de la ciudad, y al costado, el Cuchi Leguizamón.
La Municipalidad de Salta rindió un merecido homenaje, que debe ser por siempre, al gran creador y orgullo de la salteñidad”, afirmó el locutor Oscar Humacata.
El homenaje al Cuchi no solo recordó su obra, sino que reafirmó su presencia viva en el corazón de los salteños.
Su figura, rebelde, creativa y profundamente arraigada a la cultura del norte argentino, sigue convocando generaciones de músicos y oyentes que encuentran en su arte una voz auténtica y siempre vigente.
Un recuerdo en el que aún resuenan sus acordes
El homenaje concluyó bajo un cielo despejado, con la música del Cuchi flotando entre las calles del centro salteño.
Pero más allá de la ceremonia formal, su recuerdo sigue vivo también en las anécdotas que aún circulan entre quienes lo conocieron. Ni que decir de quiénes lo tuvieron de profesor de Historia en el Colegio Nacional.
Una anécdota que lo pinta de cuerpo entero: cuentan que, ante quienes criticaban la complejidad armónica de sus zambas, solía decir con picardía: “Yo le puse esos acordes para que los guitarreros se tengan que lavar las manos antes de tocar…” Irónico, libre, desafiante de las convenciones, Gustavo “Cuchi” Leguizamón no solo renovó el folclore argentino con su música, sino que dejó una filosofía de vida: la de crear sin pedir permiso, con humor, con profundidad y con una ternura que todavía emociona.
Salta lo recordó con música, pero, sobre todo, con gratitud.