Se agrava la situación de guardias y jefes del Servicio Penitenciario por venta de drogas
Cinco funcionarios, tres de ellos con rango de jefes, del Servicio Penitenciario de la Provincia de Salta fueron imputados provisionalmente como autores del delito de exacciones ilegales agravadas (concusión), en un número indeterminado de hechos.
La Unidad Fiscal conformada por la fiscal Penal de la Unidad de Delitos Económicos Complejos (UDEC), Ana Inés Salinas Odorisio, y los fiscales Penal de la Unidad Fiscal contra la Narcocriminalidad (UFINAR), Santiago López Soto y Gustavo Torres Rubelt, imputó provisionalmente a 16 personas en la causa en la que investiga a funcionarios del Servicio Penitenciario que habrían exigido dinero a cambio de otorgar ciertos beneficios o permitido el ingreso de elementos prohibidos y estupefacientes para personas detenidas.
La Unidad Fiscal determinó que los acusados, en su carácter de funcionarios públicos del Servicio Penitenciario de la provincia de Salta, con situación de revista en la Unidad Carcelaria Nº1 de esta Provincia, haciendo uso abusivo de sus cargos y de las atribuciones y potestades, como así también de su jerarquía y antigüedad, habrían exigido durante el periodo del año 2.022-2.023 indebidamente dádivas a los internos penados que se encuentran allí alojados.
Siete funcionarios penitenciarios imputados
Uno de los funcionarios del Servicio Penitenciario imputado por concusión, también fue acusado, junto a otros dos funcionarios, por el delito de comercialización de estupefacientes agravada por la participación de más de tres personas en forma organizada; por ser realizada en un lugar de detención y por ser cometida por funcionarios encargados de la guarda de presos.
Así, son siete los funcionarios del Servicio Penitenciario imputados, revistiendo tres de ellos el cargo de jefe.
Por otra parte, un hombre privado de su libertad fue imputado provisionalmente por el delito de comercialización de estupefacientes agravada por la participación de más de tres personas en forma organizada y por ser realizada en lugar de detención.
Por último, un hombre y cinco mujeres (entre las que se encuentra la empleada detenida en el Ministerio de Educación) fueron imputados por comercialización de estupefacientes agravada por la participación de más de tres personas en forma organizada.
De la investigación realizada se logró determinar que los funcionarios del Servicio Penitenciario habrían participado en el engranaje conformado por internos de la Unidad Carcelaria. Uno de ellos habría utilizado dispositivos telefónicos, oportunamente intervenidos, comunicándose periódicamente con su madre, quien sería el nexo externo que administraba la distribución del dinero producto de la comercialización de estupefacientes, a su vez vinculada junto a los otros imputados.