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Suman agencias para la instauración de la SIA, pero vuelven los viejos miedos

Firme en su línea de emulación a gobiernos extranjeros e historias de espías y negacionismo, días atrás el Gobierno Nacional anunció la disolución de la AFI (Agencia Federal de Inteligencia) y el retorno de la SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado) recargada: con nuevas agencias de inteligencia y contrainteligencia, el control prácticamente nulo por parte del Senado de la Nación y la vinculación directa con la justicia.

Y es que la reactivación de este organismo es mucho más que un tributo al menemismo, implica el retorno de una narrativa bajo el estruendoso slogan de su “batalla cultural” y que no es otra cosa más que la puerta abierta a un pasillo oscuro y negacionista de la historia argentina.

Si nos remontamos a la historia de los 80 años de la SIDE, encontraremos que fue durante la última dictadura donde el terrorismo de Estado encontró el perfecto aparato de vigilancia y represión, mediante el Grupo de Tareas 5 y su presencia en centros de tortura. No obstante, y los capítulos más cercanos se cuestionó cómo pudieron pasar desapercibidos para la SIDE episodios como la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia, o la explosión de la fábrica de armas de la ciudad de Río Tercero, en Córdoba.

“El regreso de la SIDE es un aspecto más del marco conceptual de la nueva configuración política. Basada en una reedición del proceso de consolidación del neoliberalismo en nuestro país de los 90, con los nuevos trasfondos geopolíticos que impone el unilateralismo de EEUU, liderado por el capitalismo financiero y belicista”, señaló esta semana Gustavo Cirelli, editor responsable de Télam. “Es una oda de la ultraderecha que debe interpretarse en el contexto de ofensa a Madres y Abuelas, de represión a la protesta, y un desfile castrense con represores celebrado”, sostuvo.

“Una vuelta de la SIDE no puede ser otra cosa que el refuerzo de un aparato de inteligencia que no se usa en relación a la defensa estratégica de la Argentina, sino habitualmente se lo ha mal utilizado como un poder detrás del poder, como un factor de toda clases de conspiraciones, de manipulaciones de causas judiciales, de espionaje interno, de persecución a la oposición política. No va a ser distinto con Milei, que es probablemente el Gobierno más represivo de los últimos 50 años”, reflexionó Claudio del Pla, dirigente del Partido Obrero, en diálogo con Nuevo Diario de Salta, y recordó la causa que lleva adelante precisamente el gobierno contra este espacio político “para criminalizar la protesta social y perseguirnos”, remarcó

Desde hace siete meses las alertas se encuentran encendidas en la Argentina y enmarcadas en una misma matriz de pensamiento, que, durante los últimos días quedaron expuestas y clarificadas. A nivel de relaciones internacionales, con Milei perfectamente alineado con EEUU e Israel y arengando la afrenta a Irán y a nivel interno, con legisladores de paseo y visita procurando amnistía para militares genocidas. Desandando las conquistas en derechos humanos.

¿Cómo se conformará la SIDE?

El Servicio de Inteligencia Argentino (SIA), que se ocupará de la producción de inteligencia exterior y de “oportunidades para el progreso de la Nación”;

La Agencia de Seguridad Nacional (ASN) para las cuestiones de seguridad interior haciendo énfasis en el crimen organizado, narcotráfico, armas y amenazas contra el orden constitucional, aunque no hace mención expresa a terrorismo, trata de personas, ciberdelitos y los de orden económico/financiero;

La Agencia Federal de Ciberseguridad (AFC) proveerá los servicios de inteligencia a las infraestructuras informáticas críticas y se ocupará de la seguridad de la base de datos de organismos estatales; La División Asuntos Internos (DAI) será el área de auditoría y control interno de estos nuevos órganos.

Primer rechazo de la Procuración

Frente a todo este remake, días atrás el procurador general interino, Eduardo Casal, rechazó la solicitud del presidente Javier Milei de “crear una Fiscalía Especializada en Inteligencia para cooperar” con la nueva Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE). No obstante, estableció un vínculo institucional con la agencia a través de un funcionario de su confianza.

Casal decidió que la ya existente Secretaría de Coordinación Institucional, a cargo de Juan Manuel Olima Espel, mantenga un vínculo con la SIDE. Así, formalizó la relación de la Procuración con los servicios de inteligencia. El MPF no tiene que colaborar con los servicios sino al revés y si un juez lo ordenara. A esto se agrega que si la intención del Presidente es crear una fiscalía (no una unidad fiscal ni una procuraduría) debe hacerse por ley.

Si bien Casal podría haber rechazado cualquier tipo de vínculo con la SIDE, decidió pararse en el medio: sin unidad especial vinculada a la inteligencia como solicitó el Presidente, dejó abierta la puerta a algún tipo de relación con la nueva SIDE y los interrogantes se abren alrededor de los modos de vinculación (y cercanía) entre ambos organismos.

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