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Tarija informó la presencia de metales pesados en el Río Pilcomayo

Los altos niveles de minerales como mercurio y plomo en el Pilcomayo afectan a los pescados, lo que provocó que se recomiende la restricción del consumo de esta carne por la población de riesgo. Las comunidades originarias realizaron reclamos, y en el lado argentino todo sigue con normalidad.  

Tras detectar la presencia de metales pesados como mercurio y plomo en el Pilcomayo, técnicos de la Gobernación de Tarija realizaron estudios tomando muestras de 5 puntos del rio, que se enviaron al Instituto Nacional de Salud Ocupacional (INSO) de la ciudad de La Paz.

La INSO emitió su informe, determinando que el mercurio está en 0.71 en el puente colgante cerca de Rancho Viejo; 0.81 en la zona El Pibe; 0.58 en Peña Colorada; 0.55 a la altura del puente Capitán Ustariz y 0.75 en puente Ferroviario.

Según autoridades de salud, el límite permisible será de 0.5 mg/kg, de acuerdo al Codex Alimentario que utiliza la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En cuanto a la presencia de plomo, los resultados arrojaron: en el puente colgante 0.30; en la zona El Pibe es de 0.25; en Peña Colorada, 0.29; la muestra 4 es de 0.27 y la muestra 5 es de 0.29. Todos estos valores sobrepasaron lo permitido, que es 0.2 mg/kg.

El director del Servicio Departamental de Salud (Sedes), Nils Casson, recomendó que por estos altos niveles de mercurio y plomo la carne de pescado del río sea consumida por la población, sobre todo en la de riesgo, como mujeres embarazadas y niños.

"A partir de ahora se realizará una vigilancia continua en poblaciones ribereñas que corresponden a territorio boliviano", afirmó Casson.

A través de la Ley Municipal Autónoma de Villamontes, en el departamento Tarija, el jueves último se declaró el “desastre municipal por los efectos del déficit hídrico del Pilcomayo”. A través de la normativa aprobada por el Concejo Municipal se autorizó al Ejecutivo Municipal a “ejecutar y agotar los recursos económicos previstos en el presupuesto aprobado para estas eventualidades conforme a las listas de familias afectadas”. El mismo día se promulgó la iniciativa.

Entre los argumentos se indicó que la falta de agua y la sequía dañaron la producción ganadera y agrícola.

El pueblo Weenhayek, que tiene en este afluente su principal fuente de vida, tiene una gran preocupación, enojo y resignación por los resultados, ya que aseguraron que no fueron de este estudio y los resultados les llegó como “balde de agua fría”.

Pablo Rivero Fernández, presidente regional de la Organización de Capitanías Weenhayek (Orkaweta), reconocido por la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), calificó de compleja la situación del río Pilcomayo, la principal fuente de vida de esta nación indígena.

Rivero no quiso referirse ni a favor ni en contra de los análisis expuestos por el Sedes, realizados por el Instituto Nacional de Salud Ocupacional (INSO). “Por supuesto que hay preocupación enorme, que el río esté contaminado es un atentado contra la vida misma”, recalcó.

Sin embargo, consideró que el estudio realizado por el Sedes es muy escueto y lamentó que los resultados hayan sido “sectorializados” sólo a la actividad pesquera.

“Para nosotros la contaminación es un tema integral, eso quiere decir que afecta a moros y cristianos, o sea afecta a todos. Pero aquí se pretende mostrar al país que sólo afecta a la vida piscícola, pero no así a la actividad pecuaria, a la actividad agrícola o a la apicultura, cuando hasta los animales del campo igual consumen el agua del Pilcomayo”, indicó.

El ejecutivo de la Orkaweta, sin desmerecer el trabajo realizado por los técnicos y profesionales, recalcó que existen observaciones. Por ejemplo, que no se socializó previamente la realización del estudio.

“El Sedes vino a Villa Montes, hizo la toma de muestra y luego publicó los resultados como si fueran absolutos”. Rivero aseguró que desde el Gobierno municipal admitieron que no hubo coordinación, por lo que también pusieron en duda los resultados.

Incluso, la Red de Salud consideró que son resultados preliminares, basados en estudios que deben ser complementados.

Por ello la Orkaweta, a través de una nota, solicitó a la Gobernación reconsiderar la información que dio y no generar alarma en la población, sin embargo, Rivero recalca que el daño “ya está hecho”.

“El golpe ya no los dieron, y aunque se retracten o disculpen, ya nos han afectado”, dijo Rivero resignado. Sin embargo, a través de El País, no quiso dejar pasar la oportunidad de solicitar al Sedes que se desplace nuevamente a Villa Montes, esta vez de manera más coordinada y consensuada, para realizar un nuevo estudio, con profesionales “independientes y sin ningún tipo de intereses”.

“El problema del Pilcomayo es social, porque no solo están siendo afectados los pueblos indígenas del Chaco, sino que se ve afectado el sector turismo, de gastronomía, los comercializadores, el transporte, y todo por un estudio preliminar. Ojalá que detrás de esto no haya una intención politizada”, dijo.

A pesar de los estudios, las ciudades argentinas que son parte del Río Pilcomayo (ubicadas en las provincias de Salta, Chaco y Formosa) continúan con las actividades comerciales y de pesca de forma normal.

Fuente: El País Tarija / Red Uno

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