Testimonios desnudan la violencia y las drogas en la cárcel local

Se lleva adelante hoy la novena audiencia por la red narcocriminal que desarrollaba actividades en el penal de Villa Las Rosas. Son veinte los acusados de integrar esa red que funcionaba con la complicidad de algunos agentes penitenciarios.
La semana que finalizó el jueves, permitió conocer detalles por la declaración de dos peritos en trabajo social —uno del Ministerio Público Fiscal y otro del Poder Judicial—, quienes presentaron informes socioambientales de varios imputados. Describieron sus contextos familiares, laborales y educativos antes de la detención, con el objetivo de ofrecer al Tribunal un marco integral sobre sus trayectorias de vida y eventuales consumos problemáticos.
Luego se escuchó al hermano de Lautaro Teruel, detenido en la misma unidad, quien afirmó que su familia recibió múltiples amenazas debido a la exposición mediática del caso. Dijo que su hermano fue intimidado con amenazas de violación, por lo que recurrió a un conocido, Baldomero Darío Córdoba, quien habría intermediado para protegerlo, a cambio de haber entregado dinero en efectivo y realizado transferencias bancarias, calificando los pagos como una “propina” por los favores recibidos.
Sostuvo que esta protección fue efectiva y que volvería a actuar del mismo modo si fuese necesario.
Este testimonio motivó a la Unidad Fiscal a reservarse la posibilidad de ampliar la imputación por cohecho.
Golpes
Luego, se escuchó la declaración de un exinterno de la UC 1, quien pidió protección especial por temor a represalias.
Denunció que dos hombres se presentaron en su casa identificándose como miembros de la Brigada, supuestamente enviados por una fiscal, con intenciones de llevárselo. El testigo dijo haber logrado esconderse y denunció el hecho. Durante su exposición, relató haber cumplido una condena de cuatro años en los pabellones A1 y A2, donde convivió con un interno apodado “el Gordo” Méndez, a quien acusó de liderar la venta de drogas en el penal. Según su relato, acumuló deudas por consumo de estupefacientes, fue golpeado y amenazado, y debió involucrar a su hermano —hoy imputado en esta causa— para saldar la deuda, lo que incluyó realizar encargos para Méndez.
El exinterno detalló agresiones físicas que lo llevaron a estar una semana internado y describió mecanismos mediante los cuales se obtenían beneficios dentro del penal, incluyendo el ingreso de drogas. También identificó a penitenciarios involucrados en estas maniobras. Tras su testimonio, el Tribunal ordenó asignarle custodia permanente.