Opiniones

Tiempos de crisis, oportunidad para revalorizar nuestros derechos

Estamos atravesando una enorme crisis. Sabemos que esta palabra más allá de su significado etimológico, lleva consigo la oportunidad del cambio, de tomar decisiones que nos lleven a situaciones diferentes y que impliquen ventajas para estar mejor y salir de ella.

En tiempos difíciles los derechos de los consumidores, son una excelente herramienta para frenar abusos de las empresas que no los cumplen.

Eso indudablemente es lo más importante, hacer algo distinto de lo que venimos haciendo, pues hoy la política económica ha dado un cambio sustancial. Ahora los precios están liberados, lo que quiere decir que las empresas compiten libremente en relación a las condiciones de comercialización de los productos y bienes. Frente a esa nueva realidad, nosotros como parte de la sociedad de consumo a la que pertenecemos, debemos experimentar nuevas prácticas, nuevos hábitos, siendo uno de ellos, exigir el cumplimiento de nuestros derechos como consumidores.

El más importante y trascendental, es el derecho a la información, su cumplimiento nos da la posibilidad de elegir libremente lo que resulte más conveniente a nuestros intereses económicos. Para eso las empresas, los comerciantes y las empresas prestatarias de servicios deben cumplir con el deber de información, por tal razón deben exhibir los precios y las condiciones de pago para la venta a crédito. Dicha información es de carácter sustancial, y por ello no admite declinación alguna. Sin embargo y a pesar de lo básico que resulta este derecho, su cumplimiento, lamentablemente no lo es.

En estos últimos tiempos se observa que los precios no sólo no son exhibidos en la mayoría de los casos, sino que además exhiben leyendas en las que expresan, que, en razón a la crisis inflacionaria, los precios "No se exhiben – "Disculpe las molestias".

Indudablemente el comerciante y/o la empresa que desarrolla dicha conducta, no está teniendo en cuenta que no se trata de una facultad sino de una obligación que debe cumplir, – la exhibición de precios – y para el caso que no lo haga, debe ser sancionado por incumplimiento al deber de información. Precisamente, por eso a partir de la liberación de precios el cumplimiento de su exhibición reviste carácter esencial. Es muy claro que los intereses de las empresas y el de los consumidores están contrapuestos, por eso es necesario involucrarnos mucho más y exigir que se cumplan nuestros derechos. Ahora más que nunca debemos hacer notar y concientizar la importancia de denunciar el incumplimiento y pedir sanciones en lo individual, porque debe ser reparado el perjuicio que se genera a cada persona y además solicitar a las autoridades correspondientes la aplicación de la multa prevista para el caso. Las empresas se sirven de cuanto recurso sea necesario para alcanzar la mayor rentabilidad posible, entonces del otro lado hacen falta consumidores activos y comprometidos en hacer valer sus derechos, los que frente a su sola invocación y posterior acción representan una efectiva herramienta de regulación del mercado.

La finalidad, entonces, es hacernos mucho más fuertes y no comprar en aquellas empresas que no cumplen con nuestros derechos, denunciar y exigir que se sancione a quienes no cumplen con los mismos. Su efectividad sólo depende de nosotros. Las empresas deben cumplir con las leyes vigentes y el estado debe controlar su cumplimiento y para el caso que no eso no suceda, sancionar conforme la normativa vigente. Somos consumidores las veinticuatro horas del día los 365 días del año, por eso el Derecho del Consumidor es un gran refugio en tiempos difíciles, a mayor vulnerabilidad mayor protección.

*Julia Arias

Abogada, docente en la UCASAL y especialista en derecho del consumidor.

 

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver al botón superior