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Tras la retirada de apoyo militar de EE.UU., las tropas rusas avanzan en varias regiones ucranianas

La decisión de Trump de retirar la ayuda militar a Ucrania ha tenido consecuencias directas en el conflicto con Rusia. Las fuerzas rusas han logrado avances significativos en las regiones de Sumy y Donetsk.

En las últimas semanas, la situación en Ucrania ha experimentado un giro inesperado tras la retirada del apoyo militar de Estados Unidos.

El anuncio realizado por Donald Trump no sólo ha alterado el equilibrio en el conflicto, sino que ha permitido a las fuerzas rusas recuperar terreno estratégico que había sido tomado por el ejército ucraniano en ofensivas anteriores.

En la región de Sumy, ubicada en la frontera con Rusia, las fuerzas rusas han logrado “liberar” el pequeño pueblo de Novenke, consolidando un avance más en la zona. A pesar de los esfuerzos ucranianos para mantener el control de estas áreas, Moscú ha demostrado que sus capacidades ofensivas no se han visto mermadas, y se ha centrado en recuperar los territorios que perdió el año pasado.

Una de las tácticas más innovadoras empleadas por el ejército ruso ha sido el uso de un gasoducto para infiltrarse en las líneas ucranianas.

Las tropas rusas, aprovechando esta infraestructura, han logrado atacar por la retaguardia a unidades ucranianas en la región de Kursk, sorprendiendo a las fuerzas defensivas de Kiev.

Esta nueva estrategia ha puesto en evidencia la creciente complejidad del conflicto, con Rusia adaptándose a las circunstancias cambiantes de la guerra.

Desafíos para Ucrania

Aunque Ucrania ha conseguido avances importantes en ofensivas anteriores, el agotamiento de sus tropas, sumado a la retirada del apoyo militar de EE.UU., ha dificultado la capacidad de respuesta.

En las últimas semanas, las fuerzas ucranianas han enfrentado ataques constantes, con más de 50.000 efectivos rusos desplegados en el frente. Los mapas del campo de batalla muestran que miles de soldados ucranianos podrían quedar rodeados si las fuerzas de Moscú logran consolidar su posición.

A su vez, la región de Kursk, que se había convertido en un objetivo clave para las tropas ucranianas, sigue siendo un punto caliente de conflicto.

La retirada de territorios estratégicos, como la ciudad de Sudzha, demuestra cómo la guerra se ha intensificado y cómo Rusia busca recuperar áreas fronterizas vitales tanto para la seguridad como para la negociación futura.

Fuente: La Nación

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